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El transporte en Baviera (1ª parte). Ingolstadt

A Ingolstadt llegamos el día 10 de junio en un trayecto intermodal S-Bahn+coche desde el aeropuerto de München (a algo más de 70 Km), así que según llegamos a Alemania, pudimos ver en todo su esplendor esas autovías llenas de camiones y de pirados que circulan a más de 200 Km/h aprovechando los tramos sin limitación de velocidad.

 El transporte en Baviera (1ª parte). Ingolstadt

Ingolstadt es una ciudad independiente, de tamaño medio (poco más de 120.000 habitantes, pero una baja densidad de población, sobre todo en la periferia, donde abundan las unidades habitacionales y el sprawl parece avanzar de forma imparable), que se encuentra en el estado federado de Baviera, “a medio camino” entre München y Nürnberg. Por eso, gracias a nuestros anfitriones, pudimos convertir la ciudad en nuestro centro de operaciones para movernos por Baviera. Más concretamente, su casa, en un edificio Passivhaus con un sótano que en su día fue un búnker de la segunda guerra mundial.

Rathausplatz
En la Rathausplatz, con nuestros anfitriones Astrid y Chete.

La ciudad no es muy turística pero sí interesante de visitar. Tiene una muralla que resultó infraqueable para todos los atacantes salvo para las tropas de Napoleón Bonaparte (al que adoran y cuando fuimos estaba para empezar el Napoleonfest), una catedral bastante chula con una de las cubiertas a dos aguas más grandes que he visto nunca, una arquitectura bastante peculiar (destacando una puerta en forma de cruz, Kreutzor y el ayuntamiento antiguo) y bastante ambiente en el centro de la ciudad (para su escala).

Además, la ciudad es conocida por ser la sede de Audi, por estar surcada por el Danubio y por tener un equipo de fútbol que, en sólo 11 años de historia, ha conseguido llegar a ascender esta temporada a la primera división de la Bundesliga. Por último, aunque esto es menos conocido, en 1472 se fundó la Universidad de Ingolstadt, bajo mando de la orden jesuita y con una clara influencia de la Universidad de Viena. Sin embargo, la llegada de las ideas de la Ilustración en el s. XVIII provocó que los jesuitas abandonaron gradualmente la universidad, hasta que la universidad finalmente llegó a ser tan secular que la influencia más grande en Ingolstadt fue Adam Weishaupt, fundador de la sociedad secreta de los Illuminati, lo que provocó su cierre en mayo de 1800.

Pero hablemos del transporte en Ingolstadt, que no quiero faltar al título.

Que Audi esté presente en la ciudad (literalmente, ocupa media ciudad), provoca que la tasa de motorización sea de 751 vehículos por cada mil habitantes (el promedio en toda Alemania es de 541 coches por cada mil habitantes, en España de 471). Esto se explica en gran medida por la atracción de trabajadores a la planta de Audi desde condados cercanos que pertenecen a la ciudad pero que no tienen continuidad con la trama urbana y también al programa de leasing de la empresa. Sin embargo, lejos de ser una ciudad pensada para el coche, el rey absoluto en la ciudad es el ciclista. Y no sólo por la red de carriles y el respeto a los que circulan por el centro de los carriles sino porque absolutamente toda la ciudad está pensada para facilitarles la vida. Aquí algunos ejemplos:

1. Aparcamiento de bicis cubierto e iluminado, en medio de la ciudad; 2. Aparcamiento de bicis cubierto, iluminado y vigilado, entre Ingolstadt Hbf y la estación de autobuses; 3. Señalética adapta a las bicis (y mucho más permisiva que con el resto de modos, peatones incluidos); 4. Señales de Zona 10, frente a la Kreutzor; 5.  Escalera adaptada en la ribera del Danubio; 6. Aparcamiento de bicis en el edificio en que nos acogieron.
1. Aparcamiento de bicis cubierto e iluminado, en medio de la ciudad; 2. Aparcamiento de bicis cubierto, iluminado y vigilado, entre Ingolstadt Hbf y la estación de autobuses; 3. Señalética adapta a las bicis (y mucho más permisiva que con el resto de modos, peatones incluidos); 4. Señales de Zona 10, frente a la Kreutzor; 5. Escalera adaptada en la ribera del Danubio; 6. Aparcamiento de bicis en el edificio en que nos acogieron.

Eso sí, varias calles del centro son peatonales y ahí los ciclistas, respetando al 100%, se bajan de su bici y la llevan de la mano.

Conduciendo no, pero montando en bici, los bávaros son bien civilizados
Conduciendo no, pero montando en bici, los bávaros son bien civilizados

Las distancias en la ciudad no son precisamente pequeñas. Por eso, en Ingolstadt, hay una importante red de transporte público, tanto urbano como interurbano. 

El transporte urbano está compuesto por una red de autobuses operada por INVG (siglas de Ingolstädter Verkehrsgesellschaft GmbH), que tiene recorridos diferentes de día y de noche (bueno, en realidad, comienza a funcionar a las 19h). Os recomiendo abrir los enlaces, que los planos son bastante chulos. La red se compone de un total de 44 líneas de autobuses diurnos y 19 líneas nocturnas (que, por cierto, se saltan el número 13) con una longitud total de 653 Km. Eso sí, no vi pasar ningún autobús por el centro, no sé si por casualidad o por la limitación de tráfico en casi todo el centro. ¡Incluso a 10Km/h en algunas calles!

El transporte en Baviera (1ª parte). Ingolstadt

El transporte interurbano se compone de servicio de autobús y, sobre todo, de tren. Como mi alemán es ejem… no es… pues no sé bien si hay buses interurbanos por toda la ciudad o sólo en la estación, que está justo frente a Ingolstädter Hauptbahnhof. Y de los trenes ya conté algunas cosillas el otro día.

La ciudad está perfectamente conectada con su entorno y con las principales ciudades alemanas y centroeuropeas por una densa red mallada de carretera y ferrocarril y, es que, Ingolstadt es un importante nudo de transportes. Para hacernos una idea de su envergadura, decir que hay: una estación de autobuses, dos estaciones de tren de pasajeros (Ingolstädter Hauptbahnhof -Hbf- y Bahnhof Ingolstadt Nord, que cuentan con multitud de servicios regionales, nacionales e internacionales) y tres estaciones de clasificación de mercancías. Y, ya no, pero durante siglos, Ingolstadt contó con instalaciones portuarias que permitían comerciar a través de la ruta fluvial del Danubio.

Aviso para cicloturistas

Ingolstadt forma parte la ruta ciclista del Danubio, que va desde el nacimiento del Danubio a través de Passau, Viena y Budapest hasta su desembocadura en el Mar Negro. Puede ser un planazo para unas vacaciones diferentes.

Recopilación de noticias de mayo de 2015

En esta recopilación lo primero quiero agradecer a Edorta Bergua su constante atención al tema de la movilidad ciclista, aconsejando siempre y avisando cuando alguien publica alguna incorrección. Por ejemplo, este mes me corrigió a mí una cuestión:
 Y ahora empiezan las noticias:
1. El Biciregistro ha sido un éxito en Madrid [enlace].
2. Las paradas de EMT Madrid comienzan a recibir un nombre único [enlace].
3. Al fin el CRTM sacó su propia app. Aún no la he podido probar pero tengo móvil nuevo y espero probarla hoy mismo. Ya contaré por las RRSS qué tal [enlace].
4. Barcelona y Palma de Mallorca se suman a Girona y lanzan sus primeros autobuses con azotea ajardinada.

5. Dinámica de costas vs. Estatismo urbano [enlace].
6. Urbanismo colaborativo y participativo en las smart cities [enlace].
7. Desde ecomovilidad.net, urbanismoytransporte.com y enbicipormadrid.es, hicimos un seguimiento sin precedentes de los programas políticos de cara a las elecciones municipales y autonómicas en Madrid [enlace 1, enlace 2].
8. Tia Kansara, y sus ideas para la nueva ciudad [enlace].
9. 10 MITOS sobre movilidad urbana (10/10): se necesitan grandes inversiones para el cambio de modelo [enlace].
10. Vuelven las reparaciones por obras a Metro este verano [enlace].


Bonus. La importancia de tener vecinos. Una interesante reflexión sobre el libro Muerte y vida de las grandes ciudades, de la urbanista Jane Jacobs [enlace].

El transporte en Oporto y sus alrededores

Este año tuve la suerte de pasar la Semana Santa en Oporto y alrededores con tres buenos amigos. Y pensando a la vuelta en todos los medios de transporte diferentes que utilizamos (y que podíamos haber utilizado), se me ocurrió que estaría bien hacer un repaso de la gran variedad de sistemas de transporte que existen en los lugares que visitamos.

Recorrimos Almeida, los Arribes del Duero, Régua, Vila Real, Oporto, Braga, Guimaraes, el tramo Oporto-Valbom al menos 8 veces y la pila de kilómetros de la vuelta por la A-29 y por la A-25 (aparte del tramo Fuentes de Oñoro-Madrid, ya en España).

Medio 1: Coche compartido

Dentro de usar el coche para viajar, qué menos que repartir las externalidades. Ir en coche implicó el pago de unos cuantos peajes con sus diferentes tipologías y medios de pago: el normal, EASYToll, TOLLSERVICE, Vía-T, TOLLCARD,… Es un jaleo importante del que se podrían escribir monográficos y hasta Tesis Doctorales…

Además, tras una primera noche en Almeida, íbamos a pasar 3 noches en un piso en plena ribera del Duero en Oporto capital. En pleno centro turístico, vaya:

El transporte en Oporto y sus alrededores

Pero por un error en la reserva por parte de la dueña del piso y un favor de una vecina suya, acabamos un pelín lejos…

El transporte en Oporto y sus alrededores

Todo tiene parte buena y parte mala. La buena es que acabamos en una «modesta casita» de 600 metros cuadrados con embarcadero en el Duero. Una casa que, además, se construyó para sí mismo en su día José Carlos Loureiro, quien puede sonaros porque es el arquitecto del Pavilhão dos Desportos de Oporto. Impresionante.

La parte mala era la dependencia del coche, tanto para ir cada día a Oporto (y volver, que era lo que más pereza daba) como para poderlo aparcar, que no fue tarea fácil a pesar del gran número de aparcamientos subterráneos que hay en el centro de la ciudad.

Medio 2: Funiculares

En este viaje cogimos dos funiculares: el Funicular del Santuario do Bom Jesús do Monte, en Braga y el Funicular dos Guindais, que comunica la ribera del río con el barrio de Batalha, en Oporto.

El primero tiene dos méritos: es el primer funicular construido en la Península Ibérica y el 5º en todo el mundo (se puso en servicio el 25 de marzo de 1882) y además es el más antiguo que utiliza un sistema de balance de agua.

El transporte en Oporto y sus alrededores

Lo que el segundo tiene de especial es que: no sigue dos vías salvo en el cruce entre coches, un tramo está construido en túnel y las espectaculares vistas que desde él se pueden disfrutar del Puente Don Luis I.

Medio 3: Teleférico

En un sitio donde lo más bonito es divisar todo desde las alturas, no podía faltar este medio de transporte, así que nos hicimos un descenso en el Teleférico de Vila Nova de Gaia. Yo ya había subido en otra ocasión y, bueno… pues hay debate sobre si es imprescindible o no. Yo creo que no merece la pena a pesar de las vistas porque la mejor se tiene justo antes de entrar en sus instalaciones.

El transporte en Oporto y sus alrededores

Medio 4: Pies

La mejor forma de conocer las ciudades es pasearlas. Y ¡qué mejor forma de hacerlo que en centros peatonalizados como los de Braga y Guimaraes!

(En la foto, Braga)
En la foto, la «zona pedonal» de Braga

Y en el itinerario peatonal de Foz do Douro.

El transporte en Oporto y sus alrededores


Y hasta aquí los medios que cogimos en esta ocasión. Pero, como ya había estado en otra escapada en 2012, aquí van el resto:

Medio 5: Tranvía

Sorprende de Oporto que haya tan pocas líneas de tranvía cuando muchísimas calles de la ciudad tienen vías en la calzada. De hecho, si estoy bien informado, son sólo 3 líneas con un total de 6 trenes. 

El transporte en Oporto y sus alrededores

Eso sí, si os quedáis con ganas de ver más y saber cómo era la ciudad cuando éste era el medio de transporte principal, Oporto cuenta con un museo impresionante para los amantes del tranvía: el Museu do Carro Eléctrico.

Me llamó la atención también que hubiera calles adaptadas para la rodada de buses en la misma plataforma por la que circula el tranvía, con una medida tan simple como asfaltar dos bandas de empedrado. Eso sí, los coches no notan la diferencia porque, al ser más estrechos, sólo se puede aprovechar la banda asfaltada con una de las ruedas. Es una priorización al transporte público, cuando menos, peculiar.

El transporte en Oporto y sus alrededores

Medio 6: Autobús

Yo que no soy muy friki de los autobuses, cuando voy a algún sitio creo que es el medio de transporte en el que menos fijo, pero en este caso me llamó poderosamente la atención un modelo en particular: el Duplex Tour STCP 2956 del fabricante MAN, una autobús de dos plantas con wifi. 

El transporte en Oporto y sus alrededores

Y doy fe de que funciona perfectamente y no como el de GOWEX porque en aquel viaje fue de los pocos lugares en los que tuve una wifi de calidad. Eso sí, en estos 3 años la ciudad parece haber visto como prioritario este tema y en cualquier bar o restaurante, según entras te dan la contraseña para que puedas conectarte. Cosas del turismo y del tontismo 2.0…

Medio 7: Metro

El Metro de Porto me parece, desde que monté por primera vez, un ferrocarril impresionante, además de precioso y comodísimo tanto si miramos las estaciones como si miramos el material móvil.

El transporte en Oporto y sus alrededores

El transporte en Oporto y sus alrededores
El transporte en Oporto y sus alrededores

Y además, dejan entrar con bicis y, como ya hemos comentado por aquí, hay un sistema de símbolos para sustituir los colores que hace la red accesible a daltónicos.

Medio 8: Tren

Oporto cuenta con dos estaciones de tren. Una es Campanhã,  que está muy cerca del Estádio do Dragão. Y la otra es la famosísima São Bento, en pleno corazón de la ciudad.

El transporte en Oporto y sus alrededores

Medio 9: Transporte fluvial

La historia de Oporto viene ligada al río Duero y eso se nota aunque ya no se transporte la uva en barca sino en camión desde los Arribes hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia.

Además, no hay transporte público entendido como commuting por el río, pero sí que se pueden hacer agradables viajecillos que permiten ver más de cerca los diferentes puentes que adornan el skyline de la ciudad y la desembocadura del Duero en el Océano Atlántico.

El transporte en Oporto y sus alrededores


Bonus track: Bici

Entre las cuestas y el empedrado típico portugués, Oporto no parece animar a los habitantes a moverse en bici. Sí que se veían ciclistas en plan recreativo por la ribera, por Foz do Douro y en cada una de las carreteras convencionales que recorrimos. Pero no como movilidad, sino como ocio.

Y, como no… para lo que sí que se usa la bici es para decorar comercios, que eso siempre gusta.

El transporte en Oporto y sus alrededores

Eso sí, los aparcabicis, además de ser pocos, destacan por su escaso uso.

El transporte en Oporto y sus alrededores


Espero que os haya resultado interesante este repaso. 

Recopilación de noticias de enero de 2015

Este mes ha sido muy intenso en los temas que tratamos en UyT. Y , por ello, son tantas las noticias, que es difícil comentarlas todas. En lugar de eso, van todas en batería y así no dejamos ninguna en el tintero:

1. Transport and Health: Walking is Going Places [enlace].

2. Europa elimina el coche de sus centros [enlace].

3. Una smart city sin magia [enlace].

4. Madrid, escenario de miradas sucesivas – debate [enlace].

5. Transport Plays a Key Role in Urban Air Quality [enlace].

6. Decálogo de Movilidad para Elecciones Municipales (para Almería) [enlace].

Este post a lo mejor lo retomo en algún momento porque, como estamos en año electoral, me parece interesante diseccionarlo y ver qué hay de parecido y de diferente con el programa participativo que hemos hecho entre urbanismoytransporte.comecomovilidad.net y enbicipormadrid.es [ver enlace].

7. Children in our towns and cities are being robbed of safe spaces to play [enlace].

8. Botella ahoga a los ciudadanos [enlace].

9. La edad para viajar sin coste en el transporte público se extiende hasta los 6 años [enlace].

10. Uber contraataca con UberCARGO [enlace].

11. París veta al vehículo diésel en sus calles a partir de 2020 [enlace].

12. París anuncia medidas radicales para detener gentrificación [enlace].

13. ¿Cómo llegar en bici? [enlace].

14. Momentos Madrid que quedaron en el tintero [enlace].

15. Madrid, ciudad en venta.

Porque Madrid no es ni de izquierdas ni de derechas. Madrid es de centro. Concretamente, de centro comercial [enlace 1 y enlace 2]. Incluso cuando eso puede afectar a uno de los mayores patrimonios que tiene la ciudad de Madrid, la Casa de Campo [enlace 3].

16. Sobre el cartel de Metro: el día que creé un fake sin querer [enlace].

17. Oviedo estrena una turborrotonda.

No he encontrado fuentes que no fueran de AEDE, así que me fabricaré yo mismo el contenido. Por eso, esta noticia protagonizará el post del próximo jueves.

 18. «Luces verdes».

Además, en enero, la Comunidad de Madrid dió luz verde a la reforma del Edificio España para recuperar su actividad y se iniciaron los trámites para la aprobación inicial por parte del Ayuntamiento de Madrid del desarrollo urbano de Chamartín, rebautizado como Distrito Castellana Norte.

 

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La ciudad del siglo XXI y los nuevos paradigmas de la bicicleta en el escenario urbano (2ª parte)

Segunda parte de la ponencia de Gianni Rondinella (TRANSyT – UPM) y Màrius Navazo (Gea21) en los «Seminarios grupos de expertos DGT», que se celebraron el sábado 2 de Marzo de 2013 en Salamanca, titulada «La ciudad del siglo XXI y los nuevos paradigmas de la bicicleta en el escenario urbano. Papel y perspectivas de la movilidad ciclista en la ciudad actual». Puedes leer la primera parte haciendo clic en el siguiente [enlace].


3. La introducción de la bicicleta en la ciudad.

Los ‘modelos’ que indican la dirección son herramientas muy potentes que sin embargo pueden estar mal usadas. En el tema de la introducción de la bicicleta en la ciudad, básicamente hemos visto la persecución de un único modelo para obtenerla: su introducción en la ciudad tenía que pasar por la provisión de los comúnmente llamados “carriles bici”, siguiendo el modelo que ha funcionado en países del Norte de Europa, considerados “más avanzados”. Pero, pensar en la bicicleta solo como una cuestión de carriles bici es muy problemático porque supone la conservación del mismo modelo de movilidad urbana en el cual la mayoría, por no decir todas, de las ciudades modernas está atascado.

Reducir la introducción de la bicicleta a la construcción de carriles bici (por supuesto solo donde haya espacio para construirlos o donde no estorbe la normal circulación), dejaría intacto el dominio del automóvil en las calles y, encima, agravaría y haría más peligrosos los inevitables conflictos con los vehículos motorizados, ya que trasladaría esos conflictos a las intersecciones, las cuales son, por definición, inevitables en un mallado urbano y donde está probado que el riesgo de accidentes es mayor. La habilitación de vías segregadas para el exclusivo tránsito ciclista, es inviable para la gran mayoría de las calles urbanas y, cuando posible, deja intacta la vulnerabilidad de los ciclistas en las intersecciones.

Incluso en esas ciudades europeas con larga tradición ciclista tomadas como modelo, la experiencia insiste sobre las virtudes de una combinación entre las dos filosofías existentes, la segregación de las redes ciclistas vs. su integración con el resto del tráfico, recomendando:

– integrar los distintos tráficos y hacer un uso mixto del viario siempre que sea posible, transformando todas las calles de un sector urbano en aptas para circular en bici, es decir limitando con técnicas y normas que ya son bien experimentadas, la velocidad y los derechos de los vehículos motorizados;

– segregar, con la creación de una infraestructura especifica, solo en las situaciones donde sea estrictamente necesario por la presencia de altos volúmenes de tráfico y velocidades que no puedan limitarse por debajo de los 50km/h (arterias urbanas de alta capacidad, grandes avenidas y puentes).

Existen varios ejemplos de aplicación de este enfoque en ciudades del resto de Europa, sin embargo creemos que las ciudades españolas (así como el resto de ciudades del Sur de este continente) deberían buscar modelos propios y más acordes con sus especificidades. En comparación con las ciudades de esos países y a pesar de los procesos globales mencionados antes, nuestras ciudades siguen siendo más compactas, con edificaciones más verticales, con más densidad de usos, donde las distancias son más cortas y con calles muchas veces estrechas. Esto supone vivir mucho más en la calle, por climatología y por estilo de vida, estar en la calle, encontrarse y relacionarse en la calle, disfrutar de la calle. Y todo eso se hace andando. Por lo tanto la peculiaridad de nuestras ciudades es contar necesariamente con una gran masa de peatones desplazándose por las calles, muchos más que coches, muchos más que bicis.

La ciudad del siglo XXI y los nuevos paradigmas de la bicicleta en el escenario  urbano (2ª parte)

La fuerte presencia de peatones en nuestras calles es algo que no nos podemos permitir el lujo de perder con el afán de “favorecer el uso de la bicicleta” sin más. Las calles ‘habitadas’ son un valor inestimable para el modelo de ciudad mencionado anteriormente y sería absurdo no valorar lo suficiente algo que otros quisieran y que aquí tenemos ya “a pesar de” las condiciones desfavorables. Las calles ‘habitadas’ son un valor que corremos el riesgo de perder si las políticas de movilidad se limitan a incrementar la oferta de modos de transporte (en este caso la bicicleta) sin restar opciones al automóvil. Es decir, si se seguirá proporcionando más aparcamientos, habilitando nuevas vías rápidas, promocionando la dispersión de la población y la deslocalización de las actividades, etc.

Corremos el riesgo de perder ese gran valor de vida en nuestras calles también si seguimos con el afán de la seguridad, que alimenta circuitos viciosos generados por la compensación del riesgo, alejando las personas de las calles. Sin embargo este es un tema que no es posible discutir en el espacio acotado de esta ponencia.

Resumiendo, la introducción de la bicicleta en la ciudad pasa por cuestionar el papel del coche (sus velocidades, sus intensidades, su facilidad de aparcamiento, su priorización, etc.) y esto, evidentemente, está asociado al necesario cambio modal que deben conseguir los PMUS, siempre y cuando el marco regulatorio y de gestión vigente contemple la posibilidad de un ‘modelo’ de calle distinto del actual.

La ciudad del siglo XXI y los nuevos paradigmas de la bicicleta en el escenario  urbano (2ª parte)

4. ¿Cómo avanzamos? ¡Cambiemos las reglas del juego!

Ante todo lo expuesto hasta aquí se hace patente la necesidad de avanzar hacia ese nuevo modelo de ciudad y de calle, que nos es solo un modelo de movilidad, sino de convivencia y de inclusión.

Pero esta necesaria transformación, dado que debe ser global en el conjunto del espacio urbano (en vías principales, secundarias y locales), no podemos pensarla en base a reformas urbanísticas. No se trata de una reflexión para los tiempos de crisis económica actual, sino de buscar una eficiencia en la gestión de los recursos y en la ejecución de una de las pocas competencias íntegramente municipal: la ordenación del espacio público. Para tal efecto, parece claro que las obras de reconstrucción no podrán ser nunca una actuación generalizable (tal y como necesitamos), sino que deberán continuar siendo actuaciones singulares. Por lo tanto, la alternativa a un cambio que pueda ser global, e implementado en pocas legislaturas, debe alcanzarse a través de actuaciones que prácticamente no supongan obra alguna en las infraestructuras existentes (calles), sino que modifiquen estas infraestructuras heredadas con actuaciones blandas, que cambien los usos regulados hoy a través de medidas de gestión y señalización, ejecutadas físicamente a través de pintura y mobiliario urbano sobre la calzada. Esto es lo que venimos a llamar cambio de las reglas del juego.

Cambiar las reglas del juego es rápido y económico (como mínimo en comparación con la ejecución de obras). Cambiar las reglas del juego comporta aceptar que el ‘tablero del juego’ es el que es hoy: las calles, con sus calzadas generalmente anchas, sus bordillos, sus aceras generalmente estrechas, sus hileras de árboles, etc. Este patrimonio ha sido muy costoso y si su estado es aceptable no debe ser modificado, sino aprovechado y amortizado. Por lo tanto, no vamos a cambiar el tablero (que es generalmente el objetivo de las obras), sino únicamente las reglas del juego con las que jugamos en este tablero.

Cambiar las reglas del juego significa cambiar los usos hoy regulados para unos usuarios a favor de otros. En otras palabras, apropiarse de parte del espacio que la ciudad actualmente destina al coche. Puesto que el uso del coche es el predominante en nuestras ciudades, que dificulta la convivencia con otros usos y usuarios de la ciudad, sólo podemos obtener nuevo espacio reduciendo el hoy dedicado al coche. Difícilmente podemos pensar en substraer espacio dedicado a los peatones, a los ciclistas o al transporte colectivo, pues generalmente estos espacios son hoy deficitarios, si no minoritarios.

La ciudad del siglo XXI y los nuevos paradigmas de la bicicleta en el escenario  urbano (2ª parte)

Algunos ejemplos de cambio de las reglas del juego serían convertir carriles convencionales o de aparcamiento a carriles bici o bus; tarifar un cordón de aparcamiento; priorizar semafóricamente a la bicicleta o el transporte colectivo; convertir la calzada en un espacio compartido con los peatones, establecer un plan de sentidos de circulación que impida el tráfico de paso por dentro de los barrios, etc.

Todas estas medidas son de rápida implantación y de bajo coste económico. Y lo más importante: estas medidas tienen un gran potencial para transformar la ciudad porque sin necesidad de obras posibilitan alcanzar hitos tan significativos como potenciar la convivencialidad en el espacio público, inducir un uso del coche más racional, asegurar una velocidad competitiva y una puntualidad al transporte colectivo en superficie y garantizar la seguridad y el confort a los ciclistas y peatones.

A menudo se habla de todos estos hitos, pero se piensa que se necesitan muchos años para conseguir la financiación para modificar la ciudad. Pero esto es así porque se piensa únicamente en cambiar el tablero de juego; contrariamente, si la legislación estatal diera claramente cobijo a actuaciones blandas de pintura y mobiliario urbano sobre las calzadas, los gobiernos locales podrían extender rápidamente los cambios por toda la ciudad y transformar de manera palpable el espacio público en cada legislatura.

Con esto no quiere decirse que no deban ser necesarias actuaciones en base a obras, sino que no podemos esperar a realizar únicamente actuaciones estrella una vez los presupuestos locales lo permitan. Al contrario, las actuaciones que cambian las reglas del juego a menudo (no siempre) se pueden implementar aprovechando las partidas presupuestarias ordinarias (por ejemplo, la partida de mantenimiento de las calles). Y es en este sentido en el que deben centrarse esfuerzos, asegurando que incluso las actuaciones ordinarias puedan ser una oportunidad para modificar las reglas del juego. Pero aún más importante: una de las principales bondades de este tipo de medidas es el hecho que permiten realizar pruebas piloto, 100% reversibles. Y ante el temor a tocar el papel del coche en las ciudades, y ante las poderosas voces que a menudo se levantan en su defensa, poder realizar actuaciones reversibles (cosa imposible a través de obras) ayuda notablemente a limar las reticencias para avanzar en la transformación urbana. De hecho, esta es la manera como han ido avanzando en Nueva York desde el año 2008: a través de pruebas piloto que se evalúan posteriormente para decidir su continuidad, corrección o anulación.

Expuesto todo esto, la ponencia pretende mostrar diferentes ejemplos de transformaciones urbanas con medidas blandas. Comenzando por reconocer la jerarquización del viario como una primera medida fundamental de cambio de las reglas del juego, la ponencia muestra a continuación varias fotografías de rediseño de la calzada con mobiliario urbano en Cataluña. Después se muestran algunos ejemplos estéticamente más atractivos de Nueva York, para pasar a mostrar ejemplos de rediseño de la calzada también con pintura. Los distintos ejemplos se centran tanto en la transformación de vías principales para crear carriles bici o ampliación de aceras, como en la creación de espacios de convivencia y espacios peatonalizados.

5. Hacia una normativa que facilite la necesaria transformación

Si aceptamos que el cambio necesario en el espacio urbano exige transformaciones que sean rápidas, económicas y flexibles, entonces la legislación estatal debe apoyar a los ayuntamientos para implementar este tipo de actuaciones. Así, pues, es necesaria una legislación que no sea ambigua ante este tipo de medidas, sino que dé clara cobertura jurídica a las administraciones locales que quieran experimentar a través de transformar las calzadas de sus calles simplemente con señalización, mobiliario urbano y pintura.

La ciudad del siglo XXI y los nuevos paradigmas de la bicicleta en el escenario  urbano (2ª parte)

En la actualidad, son muchos los regidores y técnicos municipales que no se atreven a ubicar mobiliario urbano sobre la calzada por temor a un hipotético accidente y las responsabilidades ante la justicia que se derivarían. Sólo se atreven en calles prohibidas totalmente a la circulación motorizada. Pero la ambigüedad de la normativa respecto las zonas 30 (S-30) y las calles residenciales (S-28) disuade significativamente de que estas vías (que en el futuro deberían ser mayoritarias en el ámbito urbano) sean transformadas con medidas blandas. Por lo tanto, la normativa debería clarificar, en relación a las S-30 y S-28, los siguientes aspectos:

• Prioridad peatones S-30: la prioridad de los peatones en vías S-30 ¿se refiere a la calzada, también ante la bicicleta? ¿no son necesarios pasos de peatones?

• Elementos reductores de velocidad: ¿es necesario señalizar cada uno de ellos en las S-30? ¿y en las S-28?

• Elementos urbanos (terrazas bares, jardineras, bancos, etc.): ¿es necesario señalizarlos como peligros en las S-30? ¿deben situarse fuera calzada con una marca horizontal en calzada? ¿Y en las S-28?

Por último, simplemente mencionar que no es objeto de este apartado exponer todas las medidas normativas que serían necesarias para promover el uso de la bicicleta, puesto que daría para una ponencia entera. Únicamente se ha querido poner el foco de atención en uno de los aspectos (regulación de S-30 y S-28) que debe permitir concretar normativamente los criterios mencionados a lo largo de la ponencia.


Y, como guinda, un vídeo en el que se tratan parte de los conceptos expuestos en la ponencia: