Una herramienta muy útil para realizar el seguimiento de la planificación y evaluar su grado de cumplimiento son los indicadores de seguimiento. En este post y en los siguientes, veremos algunos conceptos relacionados con ellos.
Empezamos la serie conociendo qué son:
No existe una definición oficial por parte de algún organismo nacional o internacional, sólo algunas referencias que los describen como: “Herramientas para clarificar y definir, de forma más precisa, objetivos e impactos (…) son medidas verificables de cambio o resultado (…) diseñadas para contar con un estándar contra el cual evaluar, estimar o demostrar el progreso (…) con respecto a metas establecidas, facilitan el reparto de insumos, produciendo (…) productos y alcanzando objetivos” [1].
Una de las definiciones más utilizadas por diferentes organismos y autores es la que Bauer dio en 1966: “Los indicadores sociales (…) son estadísticas, serie estadística o cualquier forma de indicación que nos facilita estudiar dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos con respecto a determinados objetivos y metas, así como evaluar programas específicos y determinar su impacto” [2].
Si bien los indicadores pueden ser cualitativos o cuantitativos, es preferible utilizar únicamente los segundos siempre que sea posible. Ésta tendencia a cuantificar es habitual a la hora de plantear indicadores que deben ser comparados en el tiempo.
En definitiva, un indicador es un dato que pretende reflejar el estado de una situación, o de algún aspecto particular, en un momento y un espacio determinados. Habitualmente se trata de un dato estadístico (porcentajes, tasas, razones…) que pretende sintetizar la información que proporcionan los diversos parámetros o variables que afectan a la situación que se quiere analizar.
Un indicador se toma o mide dentro de un período de tiempo determinado, para poder comparar los distintos períodos. La comparación de mediciones permite conocer la evolución en el tiempo y estudiar tendencias acerca de la situación que miden, adquiriendo así un gran valor como herramienta en los procesos de evaluación y de toma de decisiones.
En general, para la evaluación de un sistema son necesarios varios indicadores, y en esta evaluación hay que tener en cuenta que los indicadores no son exclusivos para una acción específica, ya que el mismo indicador puede servir para medir el impacto de dos o más elementos.
El objetivo de los indicadores es presentar la información que se considera de más relevancia para el seguimiento y análisis de la eficiencia de diferentes políticas o actividades. El análisis de la evolución de los indicadores y las tendencias a corto y medio plazo permite detectar riesgos emergentes, evaluar los resultados obtenidos por las políticas de actuación y obtener conclusiones que sirvan para orientar la adopción de medidas y políticas adecuadas, tendentes a mejorar la eficiencia de las diferentes operaciones.
Los indicadores deben simplificar al máximo la información sacada de un conjunto de datos complejos y paralelamente, deben satisfacer criterios de claridad, de representatividad y de fiabilidad. Deben ser actualizados cuando lo hagan sus fuentes y analizados desde el punto de vista temporal.
Las fuentes de las que procedan los indicadores deben ser fiables (a poder ser, de organismos oficiales o independientes) y periódicas, para permitir una continuidad en los análisis de la evolución temporal de los indicadores.
Para la caracterización y control de los indicadores, un método fácil y eficaz es realizar una ficha de indicador, donde se incluyan los datos básicos que caracterizan al indicador: definición, método de cálculo, frecuencia de actualización, área temática del indicador, fuentes de información utilizadas y análisis de los resultados obtenidos.
[1] Organización de las Naciones Unidas (ONU). Integrated and coordinated implementation and follow-up of major. United Nations conferences andsummits. Nueva York, Estados Unidos de América, 10 y 11 de mayo de 1999, p. 18.
[2] Horn, Robert V. Statistical indicators for the economic and social sciences. Cambridge, University Press, Hong Kong, 1993, p. 147.
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