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Análisis y gestión de riesgos (Clases 8-4-15 y 16-4-15)

Este año, además del temario habitual de Tráfico Marítimo y Operaciones Portuarias del sexto curso de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, hemos introducido en la asignatura algunos conceptos de «Análisis y gestión de riesgos». Esta parte del temario se desarrolló los días 8 y 16 de abril de 2015 y se divide en 6 partes:

1. Introducción al análisis de riesgos

En esta parte de la clase se introduce la importancia del análisis de riesgos, así como algunos conceptos básicos que tienen que ver con el tema.

Cabe destacar que en clase se hizo hincapié en que la definición de la RAE no es adecuada porque no es lo mismo hablar de riesgo que de contingencia. Y la mía tampoco es perfecta, faltaba más, pero está más enfocada al lenguaje técnico. ¿Os atrevéis a definir vosotros el concepto de riesgo? 😉

Vimos también que existen desviaciones entre los presupuestos estimados ex-ante y los costes reales, destacándose el denominado como sesgo optimista.

Es importante también saber que el riesgo no es siempre una amenaza sino que a veces puede ser una oportunidad y, por lo general, se mueve en un estado intermedio en el que “reina” la incertidumbre.

Por último, se muestra un esquema de encuadre del análisis de riesgos, la gestión de riesgos y su control y monitorización.

Riesgo

2. Metodologías de análisis de riesgos

Después de la introducción y el encuadre, llegamos al análisis de riesgos propiamente dicho. En esta parte se establece la estructura de un problema de análisis de riesgos, se explica cómo identificar las fuentes de riesgo y las variables críticas de las que depende cada fuente, se comenta cómo construir las matrices de Incertidumbre-Impacto y se comentan las principales metodologías cualitativas y cuantitativas para su construcción.

Riesgo

3. Método de simulación de Montecarlo

Entramos ahora en la parte más matemática y quizá más farragosa de la clase porque une conceptos muy dispares de matemáticas, estadística, economía,…

Si con algo quiero que os quedéis es con que la simulación parte de un “caso base”, que es el estimado y se generan nuevos escenarios a partir de los comportamientos de las partidas bien por la experiencia previa o bien por la monitorización de determinadas fuentes de riesgo y las variables de las que dependan. Cuanta más información tengamos, mejor será la caracterización del comportamiento de la muestra y, por tanto, mejor será la simulación y, en último término, la estimación.

Es decir, el problema modélico que estáis acostumbrados a resolver en los primeros cursos la carrera, o tiene una única solución cerrada o un intervalo de valores. Pero, como habéis visto en los últimos cursos, la realidad es bien distinta y a veces ni siquiera se conoce ese intervalo. Y otras veces, incluso, pasan cosas que desbaratan cualquier solución. ¡Si no fuera así, sería facilísimo ser ingeniero!

Antes de simular, hay que ajustar unas funciones de distribución de probabilidad y a éstas hay que hacerles, al menos, dos pruebas: 1) Análisis de sensibilidad a las variaciones de las variables críticas y 2) Análisis de evolución. Estos análisis tienen por objeto determinar si la función ajustada es consistente y si se comporta adecuadamente de acuerdo a parámetros futuros. Además, es recomendable obtener la matriz de correlaciones que existen entre las diferentes partidas, para simular de acuerdo a ellas, haciendo “bailar” en el mismo sentido a las partidas muy correlacionadas y de forma libre a aquellas en que no haya evidencias de estar correlacionadas entre sí.

Después viene la simulación propiamente dicha y, como resultado, tras una serie de operaciones y transformaciones en las que entramos muy poco, obtenemos los perfiles de riesgo y el VAR (Value at Risk). Creo que en clase ya me puse bastante pesado con cómo se leen, así que no me quiero repetir en exceso. Eso sí, si alguien sigue dudando, que me escriba a samir.awad@caminos.upm.es y lo vemos.

Y hasta aquí la clase del 8-4-15.

4. Tratamiento del riesgo

La clase del 16-4-15 empieza por la explicación de la gestión y la monitorización para el control del riesgo.

En cuanto a la gestión, hay dos estrategias. Como dijimos en clase, las medidas de “evitación” (es el término que se usa pero no me gusta nada) son medidas preventivas (¿no sería mejor hablar de prevención? Mi respuesta es que sí, pero académicamente se usa el término “evitación”). Por su parte, las de mitigación buscan paliar los efectos negativos del riesgo, una vez ya se ha producido una contingencia (por eso prefiero hablar de medidas correctoras y compensatorias). El lenguaje que propongo no es invención mía, es como se habla en la Evaluación de Impacto Ambiental.

La monitorización consiste únicamente en la toma de datos para poderlos gestionar en el futuro. Volvemos al “Cuanta más información tengamos, mejor será la caracterización del comportamiento de la muestra y, por tanto, mejor será la simulación y, en último término, la estimación”. Pero este seguimiento no debe hacerse “al tuntún”, sino que el seguimiento y control periódicos deben realizarse de acuerdo con los riesgos identificados, así como buscando  nuevas amenazas que afecten al proyecto y recogiendo únicamente información relevante porque de nada sirve malgastar recursos para la toma de unos datos que después no servirán.

5. Ejemplos

Aquí, para no extenderme, sólo comentar que en esta parte se aplicaron los conceptos anteriores a la gestión portuaria. Eso sí, quiero agradecer a mi buen amigo Alberto Aguilaniedo que me pasara las fotos para los ejemplos.

6. ¿Cuánto habéis aprendido?

Por último, hicimos un cuestionario. Aquí dejo las respuestas. Tened en cuenta que no son respuestas cerradas y que os he evaluado positivamente todas las respuestas que están bien justificadas. Os pedía también que fuerais concisos, así que también o seré yo:

Pregunta 1: Cita 3 variables que consideres críticas en el riesgo de operación para el caso de las mercancías especiales de acuerdo al ejemplo de las grúas

Yo diría: Tiempo, Coste, Tamaño. Muchos en lugar de variables habéis puesto fuentes de coste. Pero lo he dejado pasar y lo he dado por bueno. Cuidado con eso por si una de mis preguntas del test de fin de curso va por ahí porque en el test me tocará ser inflexible.

Pregunta 2: Si fueras un banquero, a) ¿en qué te fijarías a la hora de financiar un proyecto de mercancía especial? b) Establece dos mecanismos de transferencia de riesgos que faciliten la consecución de financiación

Mi respuesta sería: a) Lo primero, en si se han medido de alguna manera los riesgos del proyecto (más, si cabe, al tratarse de un transporte especial) y, a partir de ahí, en todos los riesgos de operativa, la experiencia de la empresa que pide la financiación, su solvencia técnica y económica, el clima previsto en las fechas de transporte, la ruta (origen, destino y trayecto, así como el riesgo país de cada lugar), etc. b) Como mecanismos de transferencia estarían, por ejemplo, la prestación del servicio en UTE (Unión Temporal de Empresas) y el establecimiento de certificaciones de calidad de los procedimientos (la entidad certificadora correría con parte del riesgo). 

Algunos habéis puesto la contratación de un seguro como transferencia. No es 100% correcto (es una estrategia de reducción), pero la he dado por buena.

Pregunta 3: a) ¿Cómo monitorizarías cargas y descargas repetitivas como las del ejemplo de los coke drums? b) ¿Cómo permite esta monitorización hacer bajas en las ofertas de licitación?

Yo contestaría lo siguiente: a) Tomando datos del tamaño, peso, tiempo de descarga de cada uno, rendimientos de la estiba y desestiba, anotando los procedimientos que resultan críticos en campo, etc. b) Al conocer tus rendimientos y tus procedimientos (a los cuales, además, puedes incorporar mejoras), puedes conocer tus costes reales y ajustar a ellos tus ofertas, evitando el sesgo bien optimista o bien pesimistas.

Pregunta 4: a) ¿Piensas que alguno de estos ejemplos corresponde a una mitigación de riesgos? b) ¿Cuál? c) ¿Por qué?

Para mí, el ejemplo más claro de mitigación era el ejemplo del beach-landing y es el que esperaba que más dijerais. Sin embargo, la mayoría habéis puesto que os lo parecía el del incendio en Turquía. ¿Veis cómo el riesgo está en todas las fases de los procesos? Habéis respondido de forma diferente a lo que yo esperaba. Bien, pero de forma diferente. Y sólo una persona comentó que lo eran los dos casos. El porqué es sencillo: son los ejemplos en los cuales el riesgo se materializó en una contingencia y, por tanto, ya no se podía evitar sino que había que iniciar un mecanismo para solventarlo.

Eso sí, un error generalizado ha sido que muchos hablabais de la forma de almacenar graneles sólidos da carbón. Lo comenté en la diapositiva del ejemplo del incendio porque uno de vuestros compañeros me preguntó en relación a las diferencias entre “evitación” y “mitigación”. Así pues, lo de situar el carbón mediante pasillos en damero para permitir el paso, mantenerlo húmedo y removerlo regularmente, no son ejemplos de mitigación sino de evitación. Y, sobre todo, ¿alguien ve carbón en esa foto? Porque algunos habéis mezclado el incendio de una caja en el puerto con el ejemplo del carbón y yo os prometo que no lo veo por ningún lado…

Pregunta 5: a) ¿Qué conclusión sacarías mirando el percentil 80 del coste? ¿Qué significaría si fueras un constructor? ¿Y si fueras la Administración?

a) En esta figura se ven muchas cosas. La primera es que el percentil 80 está fuera del intervalo de confianza, por lo que es un caso atípico que está por encima de los casos más probables. La segunda es que la curva es bastante poco tendida, lo que significa que el riesgo a asumir es bajo. Pero, y esto es importante, hay casi una probabilidad del 5% de que se produzcan unos sobrecostes superiores al 8%.

b) Esto quiere decir que el licitador, aunque puede decidir invertir en el proyecto, tiene dos estrategias posibles. En la primera, incrementará su oferta estricta en un nivel de exposición al riesgo que corresponde al percentil 80, lo que significa que en un 80% de los casos, el riesgo será menor que el indicado por este percentil y el contratista quedaría cubierto, pues lo ha considerado en su oferta y decide invertir porque espera un retorno importante. En la segunda, como ve que su nivel de exposición es extraordinariamente alto, puede decidir eludir el riesgo no asumiendo el proyecto o replanteándolo.

c) Como Administración, hay que velar porque los licitadores no hagan bajas temerarias y que el licitador sea solvente técnica y económicamente para su grado de exposición al riesgo (si no, no completará el proyecto o lo hará con una calidad y unos medios inferiores a los requeridos).

Pero ha habido una respuesta que me ha gustado especialmente para el apartado c) y tengo que mencionarla porque no la esperaba. Es la de una alumna que ha interpretado el ejercicio como «¿debe invertir la Administración en un proyecto con este perfil de riesgo?». Según ella, algo que comparto, si el proyecto lo evalúa la Administración Pública (es decir, pensando en que invierta, no en que licite), habrá casos en que deban aceptarse proyectos que estén por encima de la exposición al riesgo que sería deseable porque en la Administración no debe primar únicamente la eficiencia económica sino que se debe velar por el beneficio social (que, añado, bien podríamos considerar que se trata del interés general).

Pregunta 6: Cita dos aplicaciones de la gestión del riesgo que no se hayan comentado en clase. Una como amenaza/incertidumbre y otra como oportunidad

Esta pregunta es completamente abierta, así que no entro en ella. He valorado bien todas aquellas ideas que, aunque no coincidieran al 100% con la pregunta planteada, fueran rigurosas desde el punto de vista técnico.

Aquí quiero destacar dos respuestas por su gran originalidad:

– Primero una que habla de la oportunidad que suponen los posibles alzas en la moneda de cambio de los fletes. 

– En segundo lugar, varios alumnos hablaban de una llegada anterior a lo previsto a puerto, con la consiguiente reducción de los costes.

Pregunta 7: Si tuvieras que invertir como empresario sólo en uno de los siguientes proyectos, ¿en cuál lo harías? Razona tu respuesta.

Aquí la respuesta también es abierta, pero está condicionada a que expliquéis cuán atrevidos o conservadores seríais a la hora de invertir. La roja es la que elegiría el inversor más arriesgado, la verde clara la que elegiría el más conservador. Y los dos casos intermedios varían hacia un riesgo tan medido como en el caso verde claro (el azul) pero con un sobrecoste algo mayor o un riesgo mínimamente menos controlado con un sobrecoste mínimamente mayor (el caso verde oscuro).

Lo curioso es que casi todos respondisteis que decidiríais invertir en el proyecto verde claro. Y justo hicimos el cuestionario el mismo día que en El País publicaban un artículo que se titulaba “¿Por qué el cerebro nos engaña?” que banalizaba la tendencia que se explica en este paper científico [enlace]. 

Pregunta 8: En el caso anterior, ¿invertiría igual un empresario con aversión al riesgo que otro más atrevido? ¿Qué proyecto elegiría cada uno y por qué?

Obviamente, no. El empresario atrevido invertiría en el proyecto rojo esperando un riesgo mayor pero, en principio, también un mayor retorno. Sin embargo, un empresario con aversión al riesgo.

Bueno, pues esto es todo. Ha sido un placer daros clase y si tenéis dudas en algún momento o queréis aprender más de alguno de los temas que hemos tratado en mis clases, escribidme y lo vemos.

Suerte con los exámenes y el PFC y si necesitáis cualquier cosa en la que creáis que os puedo ayudar, desde algo del PFC hasta decidir si queréis hacer un master o el doctorado, no dudéis en decírmelo.

Nos vemos el día del test de final de curso.