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¿Necesitamos el coche para todo? #DesAUTOxícate

El coche privado no sólo no es la única alternativa, sino que además, en muchas ocasiones no es la mejor.

Un nuevo modelo de movilidad en la ciudad pasa por cambiar la concepción tradicional del uso del coche, por provocar un cambio modal en los ciudadanos que contemple todo tipo de alternativas, y por demostrar que es posible moverse de otra forma. El reto #DesAUTOxícate, impulsado por la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) pondrá a prueba a los participantes, que deberán prescindir de su coche durante un mes y utilizar todo tipo de alternativas.

“Me volvería loca, necesitamos el coche para todo”, “me cogería vacaciones”, “se lo pediría a alguien”. Estas fueron algunas de las respuestas recabadas de una videoentrevista realizada en Madrid por la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), con motivo del lanzamiento del proyecto “DesAUTOxícate. Hacia modos de movilidad más sostenibles”, al preguntar a los ciudadanos qué harían un mes sin coche.

Quizás puedan sorprender las respuestas, pero ¿qué hubieras respondido tú?

Prescindir del coche privado obligaría a buscar alternativas. Por eso mismo a continuación se les preguntó cuáles utilizarían. Se escucharon respuestas como la bicicleta, el transporte público en general, algunos modos de transporte público en particular o el taxi. Pero nadie indicó entre las opciones la movilidad peatonal, a pesar de ser una alternativa aparentemente evidente y saludable, ni otros modos de movilidad como el coche de uso compartido (carsharing, car2go) o el viaje compartido (carpooling).

La experiencia únicamente entrevistó a una pequeña muestra de la población pero permitió hacer algunas lecturas de sus respuestas. Por ejemplo, muchos ciudadanos desconocen las alternativas de movilidad que existen, cómo funcionan y las ventajas que ofrecen frente al uso del coche privado. Además, las bondades del uso del coche están, por lo general, sobrevaloradas en nuestra sociedad. Podría criticarse que esto es sólo una cuestión de opinión, y podría tener parte de razón. Lo que sin duda es un hecho fuera de toda discusión es la pérdida de calidad de vida que se produce en las grandes ciudades debido, entre otros factores, al tráfico motorizado. Una pérdida de calidad de vida que se traduce en efectos sobre la calidad ambiental (atmosférica, ruido, etc.), el cambio climático, y la salud de las personas. No es sostenible y los grandes municipios, impulsados por el cumplimiento de la Directiva 2008/50/CE (relativa a la calidad del aire ambiente y a una atmósfera más limpia en Europa), las demandas ciudadanas y sus propios compromisos políticos, están adoptando cada vez más medidas.

Algunas de ellas consisten en desincentivar el uso del coche privado, por ejemplo, mediante la revisión del sistema de regulación del estacionamiento (tarifas que penalizan por nivel de ocupación y tipo de vehículo, como Madrid), el establecimiento de peajes urbanos (como el caso de Londres), la reducción del espacio para el coche (peatonalización) o la limitación de accesos a determinadas calles y barrios de la ciudad (áreas de prioridad residencial o modelos de supermanzanas). Otras medidas pasan por incentivar otros modos de movilidad más eficientes y sostenibles como el transporte público (carriles exclusivos, mejora de las redes, renovación de las flotas, regulación semafórica preferente), los desplazamientos peatonales o la bicicleta (sistema públicos, red de anclajes y aparcabicis, avanzabicis, ciclocarriles, carriles bici, prioridad semafórica, etc.) o por  apoyar alternativas como el carsharing, que optimizan el uso del coche al realizarse un uso compartido del mismo.

¿Necesitamos el coche para todo? #DesAUTOxícate

Es posible que nos encontremos ante un gran momento de oportunidad. La configuración de nuevos equipos de gobierno hace vislumbrar nuevos avances en este sentido y la posibilidad de que, aprovechando lo positivo del camino emprendido por anteriores equipos, podamos hablar a corto y medio plazo de un nuevo modelo de movilidad en nuestras ciudades. Pero al concebir el proyecto “DesAUTOxícate” se tuvo constancia de que es necesario visibilizar lo que se está haciendo (y lo que se ha hecho) y trasladar al ciudadano la finalidad de las medidas puestas en marcha, porque la garantía de su eficacia reside precisamente en esta cuestión. Conocer para comprender, es así de sencillo, aunque no lo sea tanto su puesta en práctica. Por ejemplo, la ciudad de Vitoria-Gasteiz modificó su red de autobuses a favor de una red ortogonal basada en el modelo de supermanzanas y en la recuperación del espacio público. Dicho cambio redujo el número de líneas operativas pero sin embargo optimizó las frecuencias de paso y la satisfacción de los ciudadanos al acompañarse de un proceso participativo y de comunicación que facilitó el éxito de la medida.  Sin embargo la puesta en práctica de otras medidas, con fines y objetivos positivos, pero que han podido incrementar su coste, como los cambios en el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) en la ciudad de Madrid, han sido interpretados por la población como una medida únicamente de carácter recaudatorio.

El reto #DesAUTOxícate

DesAUTOxícate” mostrará de primera mano cómo los participantes hacen frente a su demanda de movilidad (obligada y de ocio) sin su coche privado, los diferentes modos de movilidad que existen, las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías al servicio de la movilidad sostenible y las dificultades con las que se encuentran en este camino, que durará un mes. Para ello contarán con una serie de facilidades y de ventajas exclusivas asociadas al uso del transporte público, la bicicleta pública o vehículos de carsharing y recibirán formación en aspectos como conducción eficiente o conducción segura en bicicleta. Además visitarán centros exclusivos de control de diferentes tipos de transporte público, podrán conocer de primera mano vehículos más eficientes y utilizarán aplicaciones móviles que les permitan optimizar sus desplazamientos. Los concursantes entrarán de lleno en el concepto de movilidad sostenible y su experiencia será contada por ellos mismos a lo largo del reto, observando  el cambio de actitud en primera persona.
¿Necesitamos el coche para todo? #DesAUTOxícate

El reto se desarrollará en el mes de junio en Madrid, bajo el marco de un proyecto más amplio que presentará sus conclusiones en una serie de jornadas en diferentes puntos de la geografía nacional y generará fichas divulgativas, materiales audiovisuales y artículos que acerquen la experiencia a los ciudadanos, conscientes de que ahí reside la clave del éxito de esta acción.

El objetivo general del reto y del proyecto en su conjunto es provocar un cambio modal que contribuya a la lucha contra el cambio climático, la contaminación y la mejora de la calidad de vida en las ciudades. El proyecto se desarrolla con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y de Bluemove.

Más información e inscripciones: http://www.iurbana.es/index.php/desautoxicate



¿Necesitamos el coche para todo? #DesAUTOxícateLa colaboración de hoy la ha redactado José Luis López (@jlopezfernandez), coordinador de proyectos de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), una asociación compuesta por estudiantes, científicos, técnicos y en general por profesionales provenientes de diferentes disciplinas, preocupados y ocupados en el estudio y la resolución de los problemas ambientales, bajo diferentes enfoques y con vocación interdisciplinar.

BRT en Santa María de la Cabeza

Ayer me mandaron desde el grupo de movilidad de Ahora Madrid una idea que me parecía interesante compartir, más allá de ideologías, por lo que supone en cuanto a una apuesta por la integración de urbanismo y movilidad como un binomio inseparable. 

En un documento de unas pocas páginas, realizan un diagnóstico de la situación actual del paseo de Santa María de la Cabeza y proponen como solución a los problemas detectados la remodelación del paseo, dotándolo de líneas de autobuses de alta capacidad, sobre plataformas exclusivas y con prioridad semafórica. O lo que es lo mismo, ¡BRT! Sería así el primer BRT de la capital y uno de los primeros de España.

Os dejo directamente con el texto que me enviaron. Y, gane quien gane el domingo, la idea es tan buena que ¡estaría genial verla llevada a la práctica!


En Madrid, las elecciones siempre han traído propuestas muy agresivas relacionadas con la movilidad; en esta campaña, sin embargo, ningún partido político ha prometido más kilómetros de metro, como era habitual. Pero ayer Ahora Madrid ha sacado una propuesta que relaciona intrínsecamente el urbanismo y la movilidad: la reforma integral del Paseo de Santa María de la Cabeza.

Imagen 1 - Paseo de Santa María de la Cabeza a la altura de Plaza Elíptica (foto de Google Maps)
Imagen 1 – Paseo de Santa María de la Cabeza a la altura de Plaza Elíptica (foto de Google Maps)

Situación actual del paseo de Santa María de la Cabeza

El paseo de Santa María de la Cabeza une la plaza del Emperador Carlos V con la plaza de Fernández Ladreda, más conocidas como Atocha y Plaza Elíptica, con una extensión de aproximadamente 3.200 metros; cuenta con un túnel que discurre prácticamente desde su inicio en Atocha hasta el cruce con el río.

Imagen 2 - Vista aérea del Paseo de Santa María de la Cabeza
Imagen 2 – Vista aérea del Paseo de Santa María de la Cabeza

En su trazado podemos distinguir claramente tres zonas, dos de ellas en la margen interna del río y la otra en la margen externa.

  • La primera zona discurre entre el comienzo de la calle y la Glorieta de Santa María de la Cabeza. Aquí se encuentra la entrada al túnel de vehículo privado, con dos carriles que se convierten en su interior, todos ellos sentido salida de la ciudad.
  • La segunda zona va desde la glorieta de Santa María de la Cabeza hasta el cruce con el Río Manzanares. La sección consta de cinco carriles, dos en sentido salida y otros dos más un carril bus en sentido entrada a la ciudad, separados por una mediana. Se cuenta con un carril de incorporación al Paseo de las Yeserías, una incorporación a la M-30 y otro carril más que se une a la salida del túnel para formar la vía que cruza el puente.
  • La tercera zona arranca con el puente que cruza sobre el río Manzanares y termina en el final del Paseo. Desemboca en la Plaza de Fernández Ladreda, que es salvada mediante otro paso inferior. Esta sección consta de tres carriles en cada sentido que ocasionalmente se convierten en cuatro, con vías de incorporación, entrada y salida al túnel de la M-30 así como dos vías auxiliares de dos carriles en cada sentido. En esta parte el paseo llega a tener una anchura de más de sesenta metros. Cuenta también con un paso elevado y dos pasarelas peatonales, situadas aproximadamente a unos 350 metros una de la otra.

Actualmente la línea 55 y la línea E1 de EMT conectan Atocha con el Intercambiador de Plaza Elíptica. Además, la línea 60 recorre parcialmente el eje entre Pza. Elíptica y la Gta. Sta. Mª de la Cabeza. Hasta el año 2008 el eje contaba también con las líneas interurbanas de Parla y Getafe, cuyo recorrido quedó limitado a Plaza Elíptica tras la apertura del Intercambiador.

Imagen 3 - Seccion actual del Paseo de Santa María de la Cabeza a la altura de la calle Zújar
Imagen 3 – Sección actual del Paseo de Santa María de la Cabeza a la altura de la calle Zújar

Su sección más comprometida tiene una IMD de 140.000 vehículos, lo que genera problemas de congestión en hora punta, especialmente en la incorporación a la M-30, el paso inferior para salvar Plaza Elíptica y la entrada al Paseo de Santa María de la Cabeza una vez pasado el Paseo de Yeserías.

Problemas actuales del Paseo de Santa María de la Cabeza

El Paseo de Santa María de la Cabeza soporta grandes cantidades de tráfico cada día con los problemas que esto acarrea:

  • Pésima calidad ambiental, tanto de calidad del aire como de contaminación acústica, además de problemas de acceso al espacio público por la peligrosidad del entorno. Además, el tráfico motorizado consume la mayor parte del espacio público disponible.
  • Exceso de tráfico de penetración, al ser una vía de gran capacidad de entrada y salida de vehículos a la ciudad, en lugar de ser derivado hacia los cinturones más exteriores como la M-40, y haciendo más atractivo el uso del coche frente a alternativas de transporte colectivo.
  • Gran brecha entre los barrios de Comillas y Moscardó, generando grandes cantidades de espacio desaprovechado y de poca calidad especialmente en las vías accesorias en cada uno de los márgenes que van desde plaza Elíptica hasta el cruce con el río.
Imagen-4-El-Paseo-de-Santa-María-de-la-Cabeza-desde-una-de-las-pasarelas-peatonales
Imagen 4 – El Paseo de Santa María de la Cabeza desde una de las pasarelas peatonales

La propuesta: Una Plataforma Verde en el Paseo de Santa María de la Cabeza

La propuesta de Ahora Madrid para solucionar el impacto de esta autovía urbana se centra en la implantación de líneas de autobuses de alta capacidad, sobre plataformas exclusivas y con prioridad semafórica, lo que se denomina BRT (Bus Rapid Transit) en el mundo anglosajón y que ha tenido un éxito tremendo en las ciudades donde se ha implementado.

El objetivo es ofrecer un servicio de bus con velocidades comerciales cercanas a los 25 km/h en lugar de los 13 Km/h actuales de la EMT. Este tipo de sistemas pueden llegar a transportar hasta 9.600 pasajeros por hora en cada uno de los sentidos, utilizando autobuses bi-articulados, como el actual 27,  con intervalos que pueden llegar a bajar hasta ser de sólo un minuto.

Imagen 5 - Zona propuesta de actuación
Imagen 5 – Zona propuesta de actuación

Para el caso concreto de Santa María de la Cabeza la solución que se propone conecta los barrios de Moscardó, el Zofío, Opañel y Comillas directamente con el centro de la ciudad en un tiempo máximo de 12 minutos. En un futuro se contempla que esta actuación podría ampliarse hasta la Avenida de los Poblados, dando servicio también a los barrios de Orcasitas y Abrantes. Se plantea saldar así la falta de transporte público de calidad que sufren estos barrios en su conexión con el centro de la ciudad, sin tener que recurrir a infraestructuras más costosas y con un plazo de ejecución mucho más elevado como el metro o el metro ligero.

La remodelación, además, podrá incluir la implantación de una vía ciclista interdistrital de uso exclusivo en ambos sentidos, de continuidad garantizada en toda su longitud. Esta vía servirá de eje ciclista de conexión entre el Intercambiador de Plaza Elíptica, Madrid Río, Santa María de la Cabeza y Atocha.

Mejoras en la vía

La actuación, basada en la red de transportes, conlleva diversas mejoras en el espacio urbano, que se configura como una zona mucho más agradable para vivir, generando espacios de mayor calidad y, en general, revitalizando la  zona y beneficiando directamente a los actuales vecinos de la zona:

  • Menor dependencia del coche de sus habitantes, ya que tendrían a su disposición un medio de transporte mucho más competitivo en coste de tiempo y dinero.
  • Recuperación de la zona del Paseo y transformación en espacios transitables y utilizables.
  • Generación de una calle integrada en la trama urbana, ganando espacio al coche e implementando aceras amplias, zonas verdes y la posibilidad de nuevos comercios y servicios.
  • Mejora de la calidad del aire y reducción de la contaminación acústica, que se produciría de forma inmediata con la reducción del número de coches, beneficiando en gran medida la calidad de vida de los vecinos y vecinas.
  • Eliminación del efecto barrera, que suponen los hasta 12 carriles que llega a tener el Paseo, haciendo más fácil el tránsito entre los barrios de ambas márgenes.
  • Creación de una gran vía ciclista de entrada a la ciudad, remodelando la sección para incluirla segregada del tráfico.
 Imagen 6 - Propuesta de actuación en el Paseo de Santa María de la Cabeza
Imagen 6 – Propuesta de actuación en el Paseo de Santa María de la Cabeza

BRT en Santa María de la Cabeza

Proceso participado

Desde Ahora Madrid se plantea que la reforma de este eje se haga mediante un proceso participado real, donde los vecinos y vecinas de la zona puedan opinar y construir su barrio, con la convicción de que son los que mejor conocen la problemática del mismo.

  • Participación vinculante: la solución definitiva deberá contar con la aprobación vecinal para llevarse a cabo.
  • Información real: envío de cartas a todos los residentes, con detalles del proyecto y la forma de participar, en un lenguaje claro y comprensible.
  • Participación accesible: oficinas de participación en el propio paseo durante toda la duración del proyecto, con personal dedicado en exclusiva.
  • Talleres vecinales antes y durante el proyecto: definición de zonas verdes, tipos de equipamiento, localización de las paradas de bus, etc.
  • La empresa ganadora deberá dedicar al menos el 1% del presupuesto de la obra al programa de participación.

La isla de calor (2ª parte de la serie “Cubiertas vegetales”)

En el artículo anterior sobre cubiertas vegetales ecológicas hicimos un recorrido a lo largo de la historia para ver los referentes con lo que contamos hoy en día a la hora de diseñar y mejorar las cubiertas vegetales. A pesar de que cuentan con un largo desarrollo, nunca hasta hoy había sido tan necesaria la promoción de los llamados techos verdes o Green roofs.

Con los procesos de industrialización y el aumento exponencial de la población a lo largo del último siglo, cada vez son mayores y más perjudiciales los efectos de este desarrollo sin control  sobre el medio ambiente. La urbanización de grandes extensiones (con la correspondiente pérdida de suelo natural) y el uso masivo de los coches como el medio de transporte más promocionado y extendido han sido las causas entre otras de uno de los fenómenos más perjudiciales en la actualidad: el efecto isla de calor. Este fenómeno consiste en la acumulación y concentración del calor en las ciudades debido a la construcción con materiales absorbentes que impiden que se disipe. Estos materiales acumulan el calor a lo largo de las horas de insolación y lo liberan durante la noche impidiendo que bajen las temperaturas. De día vuelve a acumularse el calor y así cíclicamente, lo que provoca que la temperatura sea progresivamente más alta. La urbanización, la falta de zonas verdes, la construcción del pavimento con materiales impermeables y el uso indiscriminado de los coches incrementan la magnitud de este fenómeno.  

Isla de calor
Esquema en el que aparecen representadas las diferencias de absorción de calor, evaporación y penetración del agua entre un ecosistema rural y uno urbano

Un fenómeno paralelo al efecto isla calor es el denominado efecto cañón. La incidencia de los rayos solares sobre la superficie horizontal de los edificios tan cercanos unos de otros hace que se acumule energía que nuevamente será disipada durante la noche y retenida entre las construcciones. Asimismo el aumento de la temperatura en las ciudades hace que los sistemas de refrigeración necesiten más energía para enfriar los edificios expulsando calor hacia fuera colaborando con el incremento de temperatura formando parte de este círculo vicioso. El calor disipado por los materiales que conforman los edificios es absorbido y retenido por las partículas en suspensión y los gases contaminantes.

Las cubiertas verdes como solución al efecto isla de calor

Las cubiertas vegetales ecológicas proporcionan numerosos servicios ecosistémicos, entre ellos la amortiguación del efecto isla de calor. La vegetación de las cubiertas retienen las partículas de polvo en suspensión. Además absorbe el dióxido de carbono generando a cambio oxígeno, mejorando en consecuencia la calidad del aire, limpiándolo. Por otra parte la incidencia de los rayos solares sobre las cubiertas vegetales evita que éstos sean reflejados y absorbidos por el hormigón, acumulan esa energía recibida invirtiéndola en procesos como la fotosíntesis y la transpiración.

Otro de los problemas generados por el efecto isla de calor es, como ya hemos comentado, que se hace necesaria una mayor y más costosa refrigeración de los edificios. Pues bien, las cubiertas vegetales funcionan además como amortiguadores de la temperatura con respecto a los edificios donde están instaladas. Actúan como aislantes térmicos tanto en verano, evitando la insolación directa en el tejado, como en invierno.

Además de los múltiples servicios que proporciona como hemos podido ver la instalación de estas cubiertas, creemos que es imprescindible replantearse el modelo de urbanización. Si efectivamente queremos vivir en ciudades, tenemos el deber de garantizar a las generaciones futuras un ecosistema digno y habitable, donde se pueda seguir respirando. Asimismo tomar conciencia y tener presente el devolver de alguna manera a la tierra el suelo “robado” producto de la urbanización.

Éste es precisamente el objetivo que perseguimos desde el proyecto de cubiertas ecológicas Greening Roofs. Actualmente estamos en pleno proceso de instalación de una cubierta vegetal ecológica en Ésta Es Una Plaza (C/ Doctor Fourquet, 24) donde pronto comenzaremos el estudio sobre ciertas especies vegetales. El objetivo del experimento es saber qué especies autóctonas son las más autosuficientes en las hostiles condiciones que presentan los tejados de la ciudad de Madrid. Queremos diseñar e instalar el modelo de cubierta ecológica más autosuficiente posible que permita proporcionar esos servicios ecosistémicos que paliarían el efecto isla de calor.

En próximos artículos detallaremos los pasos del proceso de instalación de la cubierta en la que estamos trabajando y los resultados que vayamos obteniendo.


Isla de calorEl post de hoy corre a cargo de Laura, María, Javier, Julia (de izquierda a derecha en la foto) y Belén (que no aparece en la foto pero es la arquitecta que se ha incorporado recientemente al proyecto). Los cinco están actualmente en pleno desarrollo de su idea: Cubiertas Ecológicas Madrid. En esta serie de colaboraciones van a compartir con todos nosotros contenidos teóricos y prácticos acerca de las cubiertas verdes y seremos testigos del proceso de montaje de su primera cubierta. 

Respecto a Ésta Es Una Plaza, comentaros que el día 19 de abril, se celebrará una paellada para financiar todos los proyectos que se están llevando a cabo en este espacio y, entre ellos, el de la cubierta vegetal que está montando Laura, María, Javier, Julia y Belén, así que ¡os animo a pasaros por la calle Doctor Fourquet nº 24 a colaborar con esta gran iniciativa!


Fuente de la imagen destacada: http://bituver.it/

Ciudades resilientes: un nuevo enfoque para la sostenibilidad urbana

Resiliencia, una palabra que seguramente habréis escuchado o leído en algún discurso o artículo relacionado con la sostenibilidad, el cambio climático o los desastres naturales. Es un término que se aplica tanto a personas, como a comunidades, ecosistemas naturales o ciudades. A pesar de su uso cada vez más frecuente, es una palabra que genera confusión debido a sus múltiples significados, todos ellos con sus similitudes, ya que provienen de una raíz común, pero con sus diferencias, dependiendo de la disciplina y la corriente científica en la que nos encontremos.

En este post hablaré concretamente de resiliencia urbana desde una perspectiva ecológica, considerando que las ciudades son un tipo más de ecosistema, es decir, sistemas habitados por seres vivos, principalmente seres humanos, en los que existe una serie de flujos metabólicos de intercambio de materiales, energía e información dentro del propio sistema y con su entorno.

Procedente de las ciencias físicas, en la que hace referencia a la capacidad de un material para volver a su estado original después de haber sido deformado, en ecología la palabra resiliencia aparece por primera vez en los años 70, para describir la capacidad de un sistema para absorber una perturbación y continuar con su funcionamiento. Posteriormente, el término ha evolucionado en dos direcciones. Desde una perspectiva en la que los ecosistemas tienen un único punto de equilibrio, aquel que conocemos como el clímax del ecosistema, es decir, el estado más avanzado de la sucesión ecológica, la resiliencia sería la capacidad del sistema para volver a su estado de equilibrio después de una perturbación y podría ser cuantificada como el tiempo necesario para volver a dicho equilibrio. Esta definición corresponde a lo que se denomina resiliencia de ingeniería.

Aunque existen autores que todavía siguen utilizando esta definición, sobre todo en el campo de la adaptación a desastres naturales en entornos urbanos, existe otra definición mucho más aceptada que es la de la resiliencia ecológica. Dejando atrás esa visión de un único punto de equilibrio, y teniendo en cuenta que estamos hablando de sistemas complejos regulados por infinidad de variables diferentes y, por lo tanto, en constante cambio, es imposible predecir cuál va a ser la evolución de ese sistema, obteniendo múltiples estados de equilibrio. Por lo tanto, la resiliencia en este contexto es definida como la capacidad de un sistema para absorber una perturbación y reorganizarse a medida que sufre los cambios, manteniendo su principal estructura, funciones, identidad y ciclos de retroalimentación. De esta forma estamos incluyendo en su definición la idea de adaptación, aprendizaje y auto-organización, y no sólo se tiene en cuenta la resistencia al cambio.

En relación a la sostenibilidad urbana, el concepto de resiliencia incide en la necesidad de conservar y mantener aquellas funciones y servicios de los ecosistemas que son necesarios para el bienestar humano. Podemos construir una ciudad muy sostenible en términos de eficiencia energética, emisiones contaminantes o reutilización y reciclaje de residuos, pero si no se tiene en cuenta su resiliencia ante cualquier perturbación inesperada, como una crisis económica, un desastre natural o el agotamiento de algún recurso, no podremos mantener esa situación en el tiempo.

Cómo construir ciudades más resilientes: el ejemplo de las Ciudades en Transición

Hasta ahora sólo he abordado los aspectos teóricos de la resiliencia pero, ¿cómo podemos llevar la teoría a la práctica? ¿Se están aplicando ya estos conceptos en la gestión urbana? La respuesta es que sí, ya que desde diferentes ámbitos ya se está trabajando para introducir la resiliencia en la gestión de las ciudades.

En el mundo académico las investigaciones sobre cómo favorecer la resiliencia de los ecosistemas, tanto naturales como urbanos, no dejan de aumentar y un ejemplo de la importancia que se le está dando a este tema es la creación de la Resilience Alliance o el congreso anual Resilient Cities, en el que además de investigadores se dan lugar representantes de ciudades de todo el mundo.

El mensaje también ha calado en la ciudadanía y los movimientos sociales se han hecho eco de la necesidad de cambiar la forma de hacer las cosas. Un ejemplo de ello es el Movimiento de Transición, cuya primera iniciativa surgió en 2006 de la mano de Rob Hopkins: la Transition Town Totnes, en Devon, Reino Unido. A partir de entonces el movimiento se ha extendido rápidamente por todo el globo, principalmente en el mundo anglosajón. Actualmente existen alrededor de 1.700 iniciativas en cerca de 50 países.

Pie de foto “Stroud”: Trasition Stroud (Gloucestershire, Reino Unido) es una de las 10 de primeras iniciativas del Movimiento de Transición.
Trasition Stroud (Gloucestershire, Reino Unido) es una de las 10 de primeras iniciativas del Movimiento de Transición.

Estas iniciativas sostienen que las dos grandes amenazas que acechan a nuestra supervivencia y bienestar, son el cambio climático y el pico del petróleo, entendiendo éste como el momento en el que la extracción del mismo llega a su máximo, lo que supondrá un descenso  paulatino en los recursos petrolíferos disponibles y un aumento de su precio en el mercado mundial. Nos podemos imaginar las múltiples consecuencias que esto puede acarrear en un mundo en el que dependemos tanto de este recurso… Para hacer frente a estas dos amenazas, su estrategia consiste en disminuir sus emisiones de carbono y aumentar su resiliencia.

Son iniciativas puestas en marcha por la propia ciudadanía, aunque buscando siempre alianzas con las instituciones locales, y plantean que el cambio empieza en las mismas personas que habitan esa ciudad. Para construir ciudades más resilientes es necesario fortalecer el sentimiento de comunidad; facilitar el aprendizaje; aumentar la diversidad de recursos, de empresas, de personas, de usos del suelo, es decir, aumentar la diversidad de respuesta ante las perturbaciones; y sobre todo, relocalizar el sistema, fomentando la autosuficiencia y el autoabastecimiento de la ciudad. Para ello inciden en temas como la movilidad, la producción de alimentos, la eficiencia energética de los hogares o la economía local entre otros.

En España se calcula que existen alrededor de 40 iniciativas. Aunque parece que este movimiento no ha calado demasiado en la sociedad española, personalmente creo que lo importante es quedarse con el mensaje e intentar aplicarlo en nuestro entorno más cercano con las herramientas que tengamos a nuestro alcance. De hecho, son numerosas las iniciativas a lo largo y ancho del territorio español que sin saberlo e, incluso, sin conocer el Movimiento de Transición, están aplicando sus mismos principios. Huertos urbanos, grupos de consumo, bancos de tiempo, monedas locales, mercados sociales, cooperativas… todos ellos apuestan por la creación de comunidad, la producción y consumo local de alimentos, la economía local y social y el aprendizaje colectivo, construyendo poco a poco sociedades y ciudades más resilientes.

“Huerto urbano”: Huerto urbano comunitario en la ciudad de Madrid
Huerto urbano comunitario en la ciudad de Madrid

Ciudades resilientes: un nuevo enfoque para la sostenibilidad urbanaEl post de hoy corre a cargo de Marta Suárez Casado [ver su perfil en LinkedIn]. Es Licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Madrid con un Máster en Ecología. Profesionalmente se dedica a la educación ambiental, la formación y la investigación. Sus intereses abarcan todo lo relacionado con la sostenibilidad y la ecología urbanas. Actualmente forma parte del equipo de coordinación del Plan de Formación de la Estrategia Española de Sostenibilidad Urbana y Local y es colaboradora del Laboratorio de Socioecosistemas del Departamento de Ecología de la Universdidad Autónoma de Madrid.

La conocí precisamente en uno de los cursos que se enmarcan en el Plan de Formación de la Estrategia Española de Sostenibilidad Urbana, del cual se hacía cargo junto con David Alba, Juan Carlos Barrios y Javier Benayas: el de Urbanismo Ecológico. Y la verdad que, aunque es algo que está ligeramente apartado de la formación que tenía cuando lo hice, fue un curso muy enriquecedor.

Brasilia (2ª parte): 50 Años después

Si la primera parte de este artículo de Javier de las Heras trató los antecedentes de Brasilia, su planeamiento y las razones que llevaron a su construcción, esta segunda parte tratará de hacer balance de sus más de 50 años de existencia desde el punto de vista del transporte y del urbanismo.


La ciudad tiene su centro en el llamado Plano Piloto que está formado por un eje central, llamado Eje Monumental, que alberga todos los edificios oficiales como el parlamento, el palacio presidencial, los ministerios; así como los principales monumentos. A ambos lados del dicho eje se situarán las zonas residenciales, caracterizadas por ser edificios aislados de 4 alturas, con planta baja exenta (lo que permitiría el paso en todas direcciones y que las zonas verdes entraran en las casas) y agrupados en torno a un pequeño comercio de proximidad. Por último, a las afueras de la ciudad se situarían los centros comerciales y lugares de ocio.

Vista aérea de Brasilia en la actualidad. (Fuente: Victoria Câmara – Wikimedia)
Vista aérea de Brasilia en la actualidad (Fuente: Victoria Câmara – Wikimedia)

Es importante señalar que Kubitschek, presidente de Brasil de tendencia socialista, formó un equipo de profesionales liderado por Lucio Costa y Oscar Niemeyer, de su misma orientación política. Así fue como el grupo de creativos intentó desarrollar un modelo de ciudad utópica donde se pretendía eliminar las clases sociales. Aunque en la actualidad dicho objetivo sólo se ha cumplido mínimamente, durante la construcción de la ciudad de la ciudad el igualitarismo sí se hizo realidad, ya que obreros y funcionarios compartían los improvisados campamentos.

Así, aunque fuera proyectada inicialmente para albergar a alrededor medio millón de personas, en la actualidad el Plano Piloto cuenta en torno a 600.000 habitantes, estando el millón y medio restante en barrios periféricos dependientes del centro. Según la geógrafa Nelba Azevedo Penna, del Departamento de Geografía de la Universidad de Brasilia, «a consecuencia de los procesos de ordenamiento de su territorio, se produce una intensa expansión del urbanismo hacia la periferia limítrofe del Distrito Federal, la cual dio origen a la formación del Área metropolitana de Brasilia — el llamado Entorno (actualmente institucionalizado como RIDE)». De este modo, se puede observar que la población con un nivel de renta más alto vive en el Plano Piloto, que cuenta con mejores servicios y calidad de vida, y el resto en la periferia. Este hecho va claramente en contra del espíritu utópico inicial de Brasilia. Por lo tanto, un defecto achacable al planeamiento de Brasilia es que no fue diseñada para crecer ordenadamente y en sintonía con el Plano Piloto, sino que fue tratada como un proyecto cerrado. 

Una ciudad diseñada para moverse en coche

Debido al hecho de que Brasilia se construyó en la época de auge del automóvil (fue nombrada capital de Brasil en 1960), los técnicos que proyectaron la ciudad, así como los dirigentes, asumieron que para el momento en que la ciudad se fuese a terminar, todos los habitantes serían propietarios de un coche.

Influencia del vehículo privado en la movilidad del Distrito Federal (Fuente: GDF Dia a Dia).
Influencia del vehículo privado en la movilidad del Distrito Federal (Fuente: GDF Dia a Dia).

Según el Departamento de Trânsito do Distrito Federal, la flota de automóviles en agosto de 2014 era de 1.539.645 con un crecimiento mensual de más de 5.000 vehículos al mes durante los últimos años. Teniendo en cuanta que la población del Distrito Federal, que incluye a Brasilia y a sus alrededores, es aproximadamente de 2.600.000 personas, se puede observar que existe un automóvil por cada 1,67 personas, disminuyendo este parámetro en las zonas centrales de la ciudad.

A pesar de ser la capital del Estado y una ciudad moderna, Brasilia cuenta con un sistema de transporte muy deficiente formado fundamentalmente por autobuses y metro. La red de autobuses se basa fundamentalmente en recorridos longitudinales a lo largo de cada una de las alas del Plano Piloto y, por tanto, perpendiculares al Eje Monumental, que representa el centro de la ciudad. Esto obliga a que los desplazamientos verticales sean realizados en vehículo privado, así como a la mayoría de centros de trabajo, comerciales y de ocio. De esta forma, a pesar de contar con avenidas de seis carriles por sentido, están empezando a aparecer situación de congestión durante las horas punta.

Por otro lado, para tratar de paliar esta situación, en 2001 entró en servicio el metro. Sin embargo, su poca longitud y su escaso número de paradas (24), así como el desarrollo de la ciudad comentado anteriormente hacen que su efecto sea muy limitado, especialmente en el centro. Para intentar mejorar la movilidad, las autoridades han desarrollado en los últimos años la integración de los sistemas de autobús y metro con un billetes único electrónico. También están trabajando en el proyecto Brasilia integrada que contempla la creación de corredores especiales para el autobús, a modo de un sistema BRT con amplia tradición en otras ciudades brasileñas como Curitiba, y su integración con el metro.

Estación de la red de metro de Brasilia (Fuente: Felipe Golfeto)
Estación de la red de metro de Brasilia (Fuente: Felipe Golfeto)

A modo de curiosidad, es interesante señalar que el lago Paranoá, un gran lago artificial construido a fin de incrementar las reservas hídricas de la ciudad, tiene registradas más de 10.000 embarcaciones, lo que hace que Brasilia sea el tercer puerto deportivo más grande de Brasil, por detrás de los estados de Rio de Janeiro y São Paulo, siendo una ciudad de interior.

A modo de conclusión, se puede señalar que Brasilia ha tenido un desarrollo urbanístico muy desigual fruto de la rigidez del proyecto original, dando lugar a una segregación por clases sociales. Este hecho, junto con la dependencia del automóvil y un sistema de transporte público pobre, hace que Brasilia presente una movilidad urbana muy deficiente. Sin embargo, en los últimos años se han empezado a desarrollar interesantes medidas, para intentar revertir el problema.