Archivo de la categoría: Docencia

La estrategia logística de España (Clase 12-2-15)

El pasado 12 de febrero de 2015, me tocó impartir la primera clase de la asignatura «Tráfico marítimo y operaciones portuarias» del 6º curso de la carrera de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos (el post está dirigido principalmente a los alumnos y, por eso, está todo escrito en segunda persona del plural, aunque me ha parecido interesante incluirlo en el ritmo habitual de publicación del blog para el resto del público).

Esta clase giró en torno a la estrategia logística de España.

Las diapositivas 1 a 6 presentan una pequeña introducción de la asignatura en la cual se pretendía hacer hincapié en la importancia del transporte marítimo  en un mundo con centros de producción y consumo completamente descentralizados y de acuerdo a las nuevas tendencias para reducir los stocks: envíos más pequeños pero más frecuentes, con lo que el transporte marítimo se ha convertido en el modo más indicado y más barato para atender las necesidades que se generan de movilidad de las mercancías a grandes distancias.Así, los puertos se conciben como puertas de entrada al territorio. 

Después se presenta el sistema portuario español y su relación con las rutas «Around the world» (Diapositiva 3). Todo el tema de las rutas mundiales de tráfico marítimo lo ampliará Mónica González, si no hay variaciones en el plan de clases, el 5 de marzo.

La intensidad del transporte en los puertos genera una serie de problemas (Diapositiva 4): 1) congestión de las operaciones portuarias y de las rutas que cubren las terminales; 2) escasez de espacios en las zonas portuarias; 3) impacto medioambiental en la costa; 4) Dificultad de acceso terrestre a los puertos marítimos. En la Diapositiva 5 se explica un pequeño ejemplo del punto 4).

En la Diapositiva 6, como nexo entre los nodos portuarios y la estrategia logística de España, se aporta la definición del término «logística».

Entre las diapositivas 7 y 14 se exponen los 18 puntos prioritarios de la estrategia logística de España (2013) [que podéis descargar completa aquí: La estrategia logística de España].

Desde aquí, la clase se centra en la relación que la estrategia tiene con el Short Sea Shipping, que es el tema que habréis estado tratando los días 18 y 19 de febrero con Alberto Camarero, y en las plataformas logísticas, que impartiremos entre Nicoletta González y yo los días 11 y 12 de marzo.

En ambos casos, enlazando con la estrategia logística de España. Y, precisamente, en la Diapositiva 15, donde se explican algunos términos relacionados con la logística, como la intermodalidad, la comodalidad o la producción Just In Time, es donde expliqué la base teórica del nexo: interesa utilizar en cada eslabón de la cadena logística el modo de transporte más eficiente.

Por lo demás, yo creo que con la información que aparece en la propia presentación de la clase a la que podéis acceder y descargar (los alumnos ya la teníais) y las referencias bibliográficas recogidas en la misma, quedará todo bastante claro. Pero, como no podía ser de otro modo, os contestaré todas las dudas o consultas que queráis realizar. Podéis comentar aquí mismo o, si lo preferís, podéis escribirme a samir.awad@caminos.upm.es o info@urbanismoytransporte.com.

Nota: por si os interesa el tema de la localización de plataformas logísticas, algo que tiene mucho que ver con el punto nº 15 de la estrategia logística de España (profundizaremos este tema en las clases de marzo), os dejo un par de artículos de mi Tesis [PANAM2014, CONAMA2014].


ACTUALIZACIÓN 3/3/2016

Añado un documento sobre el estado de ejecución de la Estrategia Logística de España a fecha de marzo de 2015. Pulsad sobre la imagen:

Estrategia Logística de España

Debate: Medidas de gestión de la movilidad en ámbitos metropolitanos

El pasado martes 2 de diciembre de 2014, tuvo lugar en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos un debate acerca de las medidas de gestión de la movilidad en ámbitos metropolitanos. Todo nació por una discusión en Twitter en torno a las nuevas Áreas de Prioridad Residencial en Madrid.

Al final, acabamos debatiendo el profesor Manuel Romana y yo. Creo que, además, con bastante rigor técnico en todo momento, lo cual siempre es de agradecer.

Debate: Medidas de gestión de la movilidad en ámbitos metropolitanos

Era la primera vez que me enfrentaba al aula 26 que debe ser una de las más grandes de la Escuela. Y eso impone porque las pocas clases que he dado, han sido en aulas bastante más reducidas. Pero bueno, a pesar de los nervios, creo que pensé con cierta claridad y pude defender relativamente bien mi punto de vista. Pero no soy yo quien debe juzgarlo… Espero, eso sí, que fuera fructífero para todos los alumnos que asistieron.

Para Manuel Romana, la libertad individual a la hora de elegir cómo moverte resulta funamental. Para mí, la libertad es antes que nada un ejercicio de responsabilidad y no se puede obviar el hecho de que nuestras acciones tienen consecuencias sobre el resto.

Así que éste fue el punto inicial del debate. Pongo aquí la presentación previa al debate donde mostré mi punto de partida.

Podéis pinchar los los enlaces de la presentación para ampliar algunos contenidos y  también la podéis descargar sin problemas aquí.

La idea fundamental que quería transmitir es que el coche es una herramienta útil, pero que su uso tiene unas consecuencias, por lo que debe utilizarse de manera inteligente. Por eso, para fomentar ese uso inteligente, deben ponerse en marcha determinados mecanismos que mejoren la eficiencia del sistema de transporte de las ciudades. Y eso exige repensar los espacios de las ciudades y hasta su propia estructura.

Como no podía ser de otro modo, a lo largo del debate aparecieron referencias a:

– La dispersión de las ciudades y la necesidad de plantear mecanismos de defensa del territorio para evitar la dispersión incontrolada.

– La libertad de elección y las ventajas que aporta el coche (aunque siempre he pensado que el coche da flexibilidad, pero no necesariamente libertad). Ante este tema de la libertad, salió el tema de Gamonal y la defensa a ultranza del coche, recordemos, importante fuente de gastos, por parte de gente que decía no llegar a fin de mes. Y también hice hincapié en el hecho de que la libertad no debe degenerar en libertinaje: la libertad debe ser responsable y, de ahí, que es necesario conocer las externalidades que produce el coche. Y que, algunas como la contaminación, por mucho que se internalicen a través del pago por uso, no nos van a devolver la salud de quien se vea afectado por una enfermedad respiratoria.

– El consumo colaborativo y el uso compartido del coche.

– La necesidad de volver a unir urbanismo y transporte en la planificación urbana (como en el nombre del blog… que de ahí viene…).

– La defensa de los valores más vulnerables de la ciudad (peatones y ciclistas) mediante la reducción de las velocidades en el ámbito urbano.

– La segregación de usos. Aquí incidí en que siempre que se piensa en segregar, los peatones y ciclistas son los perjudicados. Eso lo muestra genial el gráfico de copenhagenize.com de la diapositiva 13 de 16.

– La entrada en las grandes ciudades de personas de los núcleos del área metropolitana y la necesidad de una política de aparcamientos disuasorios.

– La necesidad de flexibilizar las actuaciones urbanas para que sean reversibles. Se puso el ejemplo de las peatonalizaciones “poniendo jardineras”.

– Las supermanzanas.

– La distribución de mercancías en la ciudad de forma sostenible.

– … (montones de temas que no me dio tiempo a anotar).

Espero sinceramente que los alumnos disfrutarais del debate, que aprendierais mucho y que a los lectores del blog también os interese el tema. Y, por último, gracias al profesor Manuel Romana por confiar en mí para formar parte del debate.

Metodología para la construcción de los indicadores de seguimiento

Aquí va la tercera y última entrega referente a los indicadores de seguimiento. Con la información recogida en este post y los dos anteriores, estamos ya en disposición de generar conjuntos de indicadores para diferentes aplicaciones. En esta ocasión se realiza una descripción detallada del proceso de construcción de un sistema de indicadores de seguimiento.

En el proceso de construcción de los indicadores no existe un procedimiento tipo o una metodología estándar, sin embargo se recomienda tener en cuenta una serie de pasos y requisitos previos que aseguren la coherencia del conjunto de indicadores que se construyan.

El desarrollo de indicadores de seguimiento se justifica en la medida que éstos se insertan a lo largo de toda la organización y permiten informar sobre lo estratégico y los aspectos claves de la gestión. Sin embargo, debe considerarse que también son el soporte para evaluar lo que está pasando con los procesos y los aspectos operativos que contribuyen a los resultados finales. Es así como el proceso de construcción de indicadores de desempeño lleva de manera inherente la implementación de un sistema de control de gestión y de información para la gestión, que permita hacer el seguimiento de las metas y su cumplimiento en el conjunto de la organización.

Un requisito previo para la construcción de los indicadores y el sistema de control de gestión, es trabajar sobre las definiciones estratégicas. Lo anterior implica abordar un proceso de revisión y/o validación de misión (principalmente cuando es la primera vez que se desarrolla el sistema de indicadores), identificación de objetivos y metas, cuyo cumplimiento será medido y evaluado a partir del instrumental desarrollado con los indicadores. Abordar estos requisitos no implica necesariamente redefinir la misión y las definiciones estratégicas de la planificación, si no plantearse los ajustes pertinentes para cumplir lo más adecuadamente con la consecución del objetivo.

A partir de la revisión de las principales experiencias de construcción de indicadores tanto en el ámbito público como privado, se propone el desarrollo de las siguientes etapas, que no necesariamente requieren ser consecutivas, dado que pueden realizarse de forma simultánea y retroalimentarse de forma permanente.

a) Identificar y/o revisar estrategias y objetivos

¿Cuáles son las estrategias y objetivos que serán evaluados?

b) Identificar las dimensiones y ámbitos de desempeño

¿Qué ámbitos y dimensiones del desempeño es conveniente medir?

c) Establecer responsabilidades organizacionales

¿Cuáles serán los Centros de Responsabilidad, o Áreas responsables por el desempeño logrado?

¿A qué niveles realizaremos la evaluación?

d) Establecer los referentes para la comparación

¿Sobre qué comparamos los indicadores para saber si el desempeño es adecuado?

e) Construir las fórmulas o algoritmos

¿Cómo relacionamos las variables de medición?

f) Recopilar la información necesaria

¿Qué datos y antecedentes permitirán construir los indicadores?

g) Validar: aplicar criterios de técnicos y requisitos

¿Cómo sabemos que los indicadores construidos miden efectivamente la gestión y los resultados?

h) Analizar los resultados obtenidos

¿Por qué se produjeron los resultados?

i) Comunicar e informar

¿Quiénes tienen que conocer nuestros resultados?

Así, un esquema del proceso de construcción de estos indicadores, sería similar al propuesto a continuación:

Esquema de propuesta metodológica. Fuente : Tesis de Gonzalo Fernández Sánchez, Propuesta de modelo para la eva-luación de la sostenibilidad en la dirección integrada de proyectos de ingeniería civil, Universidad Politécnica de Madrid (2010)
Esquema de propuesta metodológica. Fuente : elaboración propia inspirada en la Tesis Doctoral de Gonzalo Fernández Sánchez, Propuesta de modelo para la eva-luación de la sostenibilidad en la dirección integrada de proyectos de ingeniería civil, Universidad Politécnica de Madrid (2010).

Características de los indicadores de seguimiento

Esta es la segunda parte de la serie dedicada a los indicadores de seguimiento. Se describen a continuación las características más importantes que deben cumplir los indicadores:

  • Estar inscrito en un marco teórico o conceptual, que le permita asociarse firmemente con el evento al que el investigador pretende dar forma. De ser posible, debe establecerse una estructura que lo ubique en un marco explicativo, como es el caso del modelo presión-estado-respuesta (PER) que utiliza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para el trabajo con indicadores de medioambiente, que los organiza para referenciar situaciones de presión, de estado o de respuesta en torno al tema.
  • Ser específicos, es decir, estar vinculados con los fenómenos económicos, sociales, culturales o de otra naturaleza sobre los que se pretende actuar; por lo anterior, se debe contar con objetivos y metas claros, para poder evaluar el grado de consecución de los mismos y proceder a la toma de decisiones pertinentes. Deben mostrarse especificando la meta u objetivo a que se vinculan y/o a la política a la que se pretende dar seguimiento; para cumplirlas se recomienda que los indicadores sean pocos.
  • Ser explícitos, de tal forma que su nombre sea suficiente para entender si se trata de un valor absoluto o relativo, de una tasa, una razón, un índice, etc., así como a qué se refieren.
  • Estar disponibles para varios años, con el fin de que se pueda observar el comportamiento del fenómeno a través del tiempo, así como para diferentes instalaciones logísticas y/o unidades administrativas. La comparabilidad es un insumo que permite fomentar el desarrollo social o económico de acuerdo con lo que tenemos respecto a los demás o a otros momentos; de hecho, aunque no sean propiamente indicadores de eficiencia, nociones socioeconómicas como producción, pobreza y trabajo sólo son comprensibles en términos relativos. Con estos ejemplos, podemos entender que habrá indicadores en que lo importante no sea el propio valor del indicador sino su variación.
  • Deben ser relevantes y oportunos para la aplicación de políticas, describiendo la situación prevaleciente en los diferentes sectores de gestión, permitiendo establecer metas y convertirlas en acciones.
  • Los indicadores no son exclusivos de una acción específica; uno puede servir para estimar el impacto de dos o más hechos o políticas, o viceversa. Sólo de manera excepcional, un indicador proveerá información suficiente para la comprensión de fenómenos muy complejos; por lo que, para tener una evaluación completa de un sector o un sistema, se requiere de un conjunto de indicadores que mida el desempeño de las distintas dependencias y/o sectores y proporcione información acerca de la manera como éstos trabajan conjuntamente para producir un efecto global.
  • Ser claro, de fácil comprensión para los miembros del equipo encargado de recolectar los datos necesarios para obtener el valor del indicador, de forma que no haya duda o confusión acerca de su significado, y debe ser aceptado, por lo general, como expresión del fenómeno a ser medido. Para cada indicador debe existir una definición, fórmula de cálculo y metadatos necesarios para su mejor entendimiento y socialización.
  • Por lo anterior, es importante que el indicador sea confiable, exacto en cuanto a su metodología de cálculo y consistente, permitiendo expresar el mismo mensaje o producir la misma conclusión si la medición es llevada a cabo con diferentes herramientas, por distintas personas, en similares circunstancias. Que la recolección de la información permita construir el mismo indicador de la misma manera y bajo condiciones similares, año tras año, de modo que las comparaciones sean válidas.
  • Técnicamente debe ser sólido, es decir, válido, confiable y comparable, así como factible, en términos de que su medición tenga un coste razonable.
  • Ser sensible a cambios en el fenómeno, tanto para mejorar como para empeorar.
  • Si bien su selección no debe depender de la disponibilidad de información, sino de los objetivos fijados en los programas y estrategias (dentro de los cuales se inscriben), es importante considerar el coste-beneficio del tiempo y los recursos necesarios para su construcción, por lo que, de preferencia, debe ser medibles a partir del acervo de datos disponible.


Limitaciones de los indicadores de seguimiento

Debido a sus características, los indicadores de seguimiento no están exentos de limitaciones para su conformación; entre la problemática que se puede presentar en su identificación e integración está la siguiente: para la selección de los que se consideren más adecuados para cada objetivo, existen diferentes actores, como los sectores estadístico, público, privado, social, ambiental o académico que no comparten las mismas necesidades de información ni persiguen las mismas metas, lo cual dificulta lograr unanimidad en su definición.

El carácter cuantitativo hace que se generen indicadores sólo de aquello que puede ser medido en cantidad. El uso de indicadores presupone que las metas, así como sus niveles de logro están disponibles e identificables en planes y programas de gobierno y que no hay contradicciones entre los mismos.

El depender de objetivos que son cambiantes, por lo menos en cada nueva administración, no sólo modifica el tipo de indicadores que deben ser empleados, sino también la disponibilidad de datos para conformarlos, lo que implica un ajuste permanente de las fuentes tradicionales de información.

¿Qué son los indicadores de seguimiento?

Una herramienta muy útil para realizar el seguimiento de la planificación y evaluar su grado de cumplimiento son los indicadores de seguimiento. En este post y en los siguientes, veremos algunos conceptos relacionados con ellos. 

Empezamos la serie conociendo qué son:

No existe una definición oficial por parte de algún organismo nacional o internacional, sólo algunas referencias que los describen como: “Herramientas para clarificar y definir, de forma más precisa, objetivos e impactos (…) son medidas verificables de cambio o resultado (…) diseñadas para contar con un estándar contra el cual evaluar, estimar o demostrar el progreso (…) con respecto a metas establecidas, facilitan el reparto de  insumos, produciendo (…) productos y alcanzando objetivos” [1].

Una de las definiciones más utilizadas por diferentes organismos y autores es la que Bauer dio en 1966: “Los indicadores sociales (…) son estadísticas, serie estadística o cualquier forma de indicación que nos facilita estudiar dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos con respecto a determinados objetivos y metas, así como evaluar programas específicos y determinar  su impacto” [2].

Si bien los indicadores pueden ser cualitativos o cuantitativos, es preferible utilizar únicamente los segundos siempre que sea posible. Ésta tendencia a cuantificar es habitual a la hora de plantear indicadores que deben ser comparados en el tiempo.

En definitiva, un indicador es un dato que pretende reflejar el estado de una situación, o de algún aspecto particular, en un momento y un espacio determinados. Habitualmente se trata de un dato estadístico (porcentajes, tasas, razones…) que pretende sintetizar la información que proporcionan los diversos parámetros o variables que afectan a la situación que se quiere analizar.

Un indicador se toma o mide dentro de un período de tiempo determinado, para poder comparar los distintos períodos. La comparación de mediciones permite conocer la evolución en el tiempo y estudiar tendencias acerca de la situación que miden, adquiriendo así un gran valor como herramienta en los procesos de evaluación y de toma de decisiones.

En general, para la evaluación de un sistema son necesarios varios indicadores, y en esta evaluación hay que tener en cuenta que los indicadores no son exclusivos para una acción específica, ya que el mismo indicador puede servir para medir el impacto de dos o más elementos.

El objetivo de los indicadores es presentar la información que se considera de más relevancia para el seguimiento y análisis de la eficiencia de diferentes políticas o actividades. El análisis de la evolución de los indicadores y las tendencias a corto y medio plazo permite detectar riesgos emergentes, evaluar los resultados obtenidos por las políticas de actuación y obtener conclusiones que sirvan para orientar la adopción de medidas y políticas adecuadas, tendentes a mejorar la eficiencia de las diferentes operaciones.

Los indicadores deben simplificar al máximo la información sacada de un conjunto de datos complejos y paralelamente, deben satisfacer criterios de claridad, de representatividad y de fiabilidad. Deben ser actualizados cuando lo hagan sus fuentes y analizados desde el punto de vista temporal.

Las fuentes de las que procedan los indicadores deben ser fiables (a poder ser, de organismos oficiales o independientes) y periódicas, para permitir una continuidad en los análisis de la evolución temporal de los indicadores.

Para la caracterización y control de los indicadores, un método fácil y eficaz es realizar una ficha de indicador, donde se incluyan los datos básicos que caracterizan al indicador: definición, método de cálculo, frecuencia de actualización, área temática del indicador, fuentes de información utilizadas y análisis de los resultados obtenidos.

[1] Organización de las Naciones Unidas (ONU). Integrated and coordinated implementation and follow-up of major. United Nations conferences andsummits. Nueva York, Estados Unidos de América, 10 y 11 de mayo de 1999, p. 18.

[2] Horn, Robert V. Statistical indicators for the economic and social sciences. Cambridge, University Press, Hong Kong, 1993, p. 147.