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Cosas en las que me fijo cuando viajo en Metro de Madrid (líneas 6 y 10)

En este primer post de 2018, quiero empezar por felicitaros el año a todos los que pasáis por aquí a leerme. En 2017 el ritmo de trabajo ha sido tan trepidante que me está siendo imposible actualizar el blog con regularidad. De hecho, ni siquiera pude hacer un post de repaso del año como venía haciendo los años anteriores y en el que aprovechaba precisamente para felicitaros el año.

Sin embargo, sí que he hecho algunos hilos de Twitter que han tenido buena acogida y eso me ha llevado a la idea de compartirlos con vosotros y relacionarlos entre sí. Y, es que, creo que tiene cierto interés hablar tanto de los propios fenómenos que se describen en los hilos como de los efectos que producen para los usuarios de Metro de Madrid.

Todo empezó con una consulta a mis colegas ferroviarios:

A raíz de la respuesta de David Villalmanzo, tenía identificado el problema: se llamaba trepidación. Su efecto para los usuarios es una disminución del confort en el viaje y, sobre todo, una ralentización de la marcha que supone una importante pérdida de tiempo en cada viaje. En este hilo tenéis algunos detalles de esto:

Veréis a lo largo del hilo que el problema entre Príncipe Pío y Lago aumenta en un 5,55% del tiempo de ciclo de los trenes (lo que tardan en hacer la ida y vuelta, además del tiempo de parada y el tiempo en las cabeceras) y eso, obviamente, acaba afectando al funcionamiento de toda la línea, que está perdiendo la regularidad del servicio, algo muy grave y más aún en las horas punta.

En otro hilo, desmenuzaba lo que está sucediendo en la línea 6 desde que en diciembre el CBTC (el nuevo sistema de señalización ferroviaria de la que se dotó a esta línea hace algo más de un año) dejó de funcionar en forma degradada para funcionar a pleno rendimiento. Las primeras semanas están siendo de experimentación y eso se nota:

Sin embargo, a medida que está pasando el tiempo, el CBTC está empezando a utilizarse como debe y está dando muy buenas frecuencias de paso. Hasta tal punto que el periodo es ya de un minuto hasta en días en los cuales resulta raro:

De la importancia de que la oferta de transporte se ajuste a la demanda hablo mucho (y quizá algún día lo haré por aquí). Es algo que cuento habitualmente en clase porque un exceso de demanda desincentiva el uso del transporte público y un exceso de oferta lo compromete económicamente. Además, medir es tan sencillo, que da rabia que no se haga con cierta regularidad (si queréis saber cómo se hacen aforos y conteos, escribí sobre ello en ecomovilidad.net).

¿Qué relación hay entre todos estos hilos?

Resulta que lo que va a pasar en los próximos meses se parece mucho a lo que viví el día 4: los trenes de la L6, si el CBTC funciona como debe funcionar, pasarán cada minuto. Sin embargo, hasta que no se resuelva el problema entre Príncipe Pío y Lago, resulta muy difícil cadenciar el servicio de la L10. Si a esto le añadimos que el trasbordo en Príncipe Pío entre ambas líneas son 10 pasos se produce lo de la posdata de este tweet:

Esto sucede, entre otros motivos porque al ser un trasbordo tan corto, no hay dispersión entre los usuarios, que tienden a situarse en pelotón. Pero, es que, además, en la línea 6 entre Laguna y Príncipe Pío los accesos al andén, aunque no estén tal cual en el mismo punto del mismo, sí que están muy próximos, de modo que los coches de la línea 6 que se llenan no son todos y, por tanto, la acumulación de viajeros que se bajan en Príncipe Pío para coger la línea 10 no se distribuye de forma homogénea a lo largo del andén. Y ya, como último punto a tener en cuenta, ¿habéis notado que los trenes del andén 2 de la línea 10 paran adelantados unos metros respecto de los de la línea 6 en Príncipe Pío? Es para que la rampa permitiera a la línea 10 cruzar por debajo del río Manzanares, evitando así la construcción de un viaducto en la Casa de Campo (de las pocas cosas que considero que hay que agradecerle a Esperanza Aguirre). Pero, ahora, la configuración de la estación para adaptarse a este requisito, supone un tapón en la distribución de los viajeros, que tienden a distribuirse mayoritariamente entre el tercer y el sexto coche de la línea 10, haciendo que se llenen muchísimo mientras que los dos primeros coches quedan con un espacio holgado. Para muestra (aunque la foto es antigua), un botón:

¿Tendrá esta distribución desigual de los viajeros (y, por tanto, de las cargas) a su vez algún efecto sobre la vía cuyas consecuencias suframos los viajeros en el futuro? Esta pregunta no la sé resolver, pero seguro que la curiosidad me lleva a tratar de encontrar la respuesta.

#Churruca15: Debate sobre la Casa de Campo de Madrid

La Casa de Campo es el mayor parque público de la ciudad de Madrid y uno de los mayores del mundo gracias a sus 1.722,60 ha. Surgido a partir de una casa de campo de origen renacentista, de la que toma su nombre toma cierta entidad en 1519, cuando Francisco de Vargas y Medina mandó construir una residencia en las riberas del río Manzanares, junto a la desembocadura del arroyo Meaques. Posteriormente, pasa a ser propiedad histórica de la Corona Española y coto de caza de la realeza. Su finalidad y los elementos que la componen variarán a lo largo de los diferentes reinados, incorporando nuevos terrenos y usos forestales, agrícolas y ganaderos, hasta que en 1931, tras la proclamación de la Segunda República, el parque es cedido por el Estado al pueblo de Madrid. También es importante señalar también su papel durante la Guerra Civil como frente de guerra, lo que supuso importantes daños y que hasta 1946 no fuese reabierto nuevamente al público.

Desde entonces, el parque ha permanecido abierto al público de forma ininterrumpida y se ha establecido una intensa relación del mismo con la ciudad (y viceversa) motivada, entre otros aspectos, por las importantes instalaciones que se localizan dentro del parque como son el Parque de Atracciones, el Zoológico, los recintos feriales, los chiringuitos del Lago, el Teleférico o el pabellón multiusos Madrid Arena y constituye un importante ámbito de actividad lúdica y deportiva de la ciudad.

Sin embargo, la intensidad de todos estos usos (y de la movilidad asociada a ellos) choca con la categoría de Bien de Interés Cultural que el parque ostenta desde el año 2010 en calidad de jardín histórico. Ya hemos tratado anteriormente en nuestro blog la necesidad de intervenir en Casa de Campo para mejorar su relación con la ciudad y sus visitantes. Además, nuestras compañeras de Creando Redes apuntan cómo este espacio biodiverso está sufriendo un proceso de degradación natural, amenazado por los procesos de urbanización y desconectado del resto de zonas verdes.

La necesidad de replantear la Casa de Campo desde una perspectiva integral, ecológica y social nos ha llevado a dedicar nuestro próximo «Jueves de Churruca» a pensar soluciones para este espacio. Desde Churruca 15 se nos ocurre que quizá el parque deba contar con un Plan de Movilidad Urbana Sostenible, con un Plan Integral de Acciones de Mejora o que se implante un Laboratorio de Innovación Abierto. Pero, ¿son estas las mejores opciones de intervención para que la Casa de Campo pueda transformarse en un recurso integral que mejore la calidad de vida de la ciudadanía de Madrid y fomente la actividad económica vinculada a la innovación, el ocio y los servicios?

Para profundizar más en las necesidades del parque y en cuáles son los mejores vehículos de mejora del mismo, estamos organizando el segundo Jueves de Churruca con la Casa de Campo como protagonista y la presencia de:

  • Andrés Walliser, Ayuntamiento de Madrid
  • Juan García, Plataforma Corredor Ecológico del Suroeste de Madrid
  • Miguel Ángel Delgado, especialista en transporte y vecino de Casa de Campo

La cita tendrá lugar el próximo jueves 29 de junio desde las 19.00 horas en Churruca 15, bajo exterior derecha. Nuestro aforo es limitado e iremos recibiéndoos en orden de llegada. ¡No os lo perdáis!

Puedes apuntarte en el evento de Facebook haciendo clic aquí.

Para conocer más acerca del espacio #Churruca15, haz clic sobre el siguiente enlace:

#Churruca15: estrenamos laboratorio de ideas para la ciudad y el territorio

¡No os lo perdáis!

(Este post se publicó originalmente en el blog de Paisaje Transversal y, desde la perspectiva de la restauración ecológica en el blog de Creando Redes)

El ocaso del Paseo de la Gastronomía

Quiero empezar aclarando que, aunque el tema del Paseo de la Gastronomía puede resultar raro para este blog, en el fondo no lo es. La rehabilitación de espacios es un asunto de rabiosa actualidad y que en los últimos tiempos se ha entendido como una necesidad para garantizar la sostenibilidad de las ciudades a través de un aumento de la complejidad de las ciudades a la vez que se mantiene su compacidad al evitar la ocupación de nuevos suelos. De hecho, esta apuesta por la rehabilitación como instrumento preferente a la nueva construcción se plasmó en la Ley 8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas.

Y, bueno, de paso hablo también de otra de mis grandes pasiones que es comer bien, algo que he hecho en algunos de los restaurantes que voy a citar porque, como “vecino” del Paseo de la Gastronomía, algunos de los eventos de mi familia se han celebrado en estos lugares.


El 20 de mayo de 1950 se inauguró en la Casa de Campo la I Feria Nacional del Campo, un evento organizado por las Hermandades Sindicales de Labradores y Ganaderos para el cual todas las provincias de España construyeron sus respectivos pabellones, representativos de los estilos arquitectónicos de cada región.

Dado el enorme prestigio que adquirió la feria en su primera edición, tomó carácter internacional en 1.953, y se mantuvo vigente hasta 1.975, habiéndose celebrado un total de 10 ediciones. Y, con el fin de las ferias, el espacio quedaba a expensas de buscarle un nuevo uso.

Pasaron los años y en la zona se instalaron progresivamente tres restaurantes que forman parte de la historia gastronómica de la ciudad: El Currito, Guipúzcoa y A Casiña. Tras más de 15 años con estos tres restaurantes en la zona, en 2002, la empresa municipal Campo de las Naciones (ahora Madridec, Madrid Espacios y Congresos), acometió un plan para mejorar la zona, habilitar accesos, crear aparcamientos y dotarlo de un servicio de seguridad permanente (se invirtieron más de sies millones de euros en el acondicionamiento de la zona, urbanización, luz y renovación del mobiliario urbano).

Fue entonces cuando el Ayuntamiento sacó a concurso el resto de pabellones que supuso la llegada de otros siete locales: Ondarreta, El Bosque Sagrado, El Caserón de Araceli, El Colonial de Mónico, El Palacio de la Misión, La Masía de José Luis y La Pesquera. La zona pasó a denominarse “Paseo de la Gastronomía” (en realidad se llama Calle Principal de Provincias), el cuál era un proyecto creado por la Empresa Municipal Campo de las Naciones, antecesora de Madrid Espacios y Congresos, con el objetivo de convertir esa zona en un paraíso de la gastronomía, en un espacio único localizado dentro  de la Casa de Campo, a tan sólo cinco minutos del centro de la ciudad y perfectamente comunicado por transporte público (en Metro, desde las estaciones de la línea 6, Alto de Extremadura y Puerta del Ángel y desde la línea 10, con parada en Lago. En autobús, hay varias líneas que pasan por el Paseo de Extremadura y que permiten llegar en menos de 10 minutos: 25, 31, 33, 36, 39, 65, 138 y CM-6. Y también es muy fácil llegar en bicicleta a través del Anillo Verde Ciclista y el carril de la Avenida de Portugal). Otros edificios pasaron a utilizarse como parte de los servicios de los recintos feriales o como sedes de la Cámara Agraria y la Dirección General de la Policía Municipal.

Pero poco más de 10 años después, el espacio se está yendo al traste. Hace ya cinco años, los restaurantes se quejaban de una bajada importante en el número de clientes debido a la prostitución, el cierre al tráfico de la Casa de Campo, la falta de apoyo institucional en la promoción del espacio (es cierto que incluso la señalización del lugar es bastante mejorable) y las obras de Calle 30 (esto último es ciertamente discutible porque ahora ir allí andando es un gusto y antes era imposible… pero bueno…). Pero, bajo mi punto de vista, lo que más debió influir fue el traslado de los congresos a los recintos del Campo de Las Naciones.

Mientras la recaudación diaria bajaba y el paseo se degradaba (baches, cortes de agua y problemas de luz), el Ayuntamiento aumentaba el canon hasta los 13.000 euros mensuales, a pesar del incumplimiento de gran parte de las promesas municipales para revitalizar la zona. Así, de los 10 restaurantes que llegaron a estar abiertos, sólo cuatro habrían a diario en 2013 y, tras el cierre de Currito en octubre de 2014, ya sólo quedan 5 locales abiertos, dedicados únicamente a celebraciones.

¿Estamos ante la siguiente búsqueda de uso para el espacio? ¿Se creará un sustrato previo que garantice la viabilidad del nuevo uso? ¿Se hará participar a la ciudadanía del nuevo uso? Todo esto lo responderá el paso del tiempo.