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Recopilación de noticias de diciembre de 2015

Según cómo se mire, ésta es la última o la primera recopilación del año. Esta vez, aparte de recopilar las noticias que más me han llamado la atención, quiero aprovechar para agradecer la gran acogida que ha tenido en sus primeros días el nuevo perfil de Twitter @infoUyT. También quiero aprovechar para deciros que en el margen derecho veréis un widget nuevo que pone “#UyT en laBlogoteca”. Aunque aún no están abiertas las votaciones a los Premios 20Blogs, ya podéis valorar el blog entrando en este enlace. ¡Muchas gracias de antemano!

– La primera noticia gira en torno al Hyperloop, que será todo lo chorra y lo mentira que queráis, pero a mí es un proyecto que me alucina [enlace].

– La segunda es un tema que va a traer cola en la logística: aprobada la circulación de los megacamiones en España [enlace]. Por el momento, tengo sentimientos encontrados entre las mejoras que pueda suponer en cuanto a los márgenes del sector del transporte, los efectos medioambientales, el desincentivo al reequilibrio modal,… Así que estoy leyendo bastante para poderme formar una opinión al respecto.

– Esta galería de imágenes del Washington Post me impactó, porque está claro que la VPO siempre ha sido y siempre será un laboratorio de prueba para que los arquitectos desarrollen su ego, pero es que esto superó todos los límites habidos y por haber [enlace].

Recopilación de noticias de diciembre de 2015

– También quiero compartir una visión algo escéptica de los acuerdos derivados de la COP21 [enlace]. Y, es que, la complacencia generalizada me lleva a pensar que o los acuerdos no han llegado a la profundidad debida para suponer un cambio radical o es que será el nuevo “Protocolo de Kyoto”. En cualquiera de las dos opciones, todo apunta a que la situación no va a cambiar de forma brusca salvo cataclismo mediante.

– Este año he volado bastante y he de decir que tenía claro que algo debía hacerse mal cuando vine de París en un vuelo prácticamente vacío y aún así tardamos media hora en realizar el embarque (también es cierto que en el vuelo iba José Ignacio Wert y no se´si hubo alguna medida de seguridad especial que tuviera que ver, porque aparentemente ni llevaba guardaespaldas ni nada por el estilo). Total, que resulta que hay estudios sobre el tema [enlace].

– El transporte ferroviario está cambiando a un ritmo vertiginoso y eso está suponiendo que se suspendan algunos de los servicios que han marcado la esencia de este tipo de transporte. Ahora, la DB confirma que va a ir suprimiendo los servicios nocturnos con coches-cama [enlace].

– Cuando nos vinieron a preguntar a ecomovilidad.net por los atascos y el protocolo de calidad del aire, nos faltaba un dato fundamental: el de la afección a la salud. Por suerte, nuestras plegarias se han hecho realidad y en diciembre hemos tenido esos datos [enlace]. También por este tema surgieron un montón de noticias ensalzando las bondades de Pontevedra. Os dejo un vídeo de Facebook al respecto y os animo a leer el debate que tiene debajo, porque es muy interesante.

– Ha habido una noticia este mes que me ha recordado una pregunta que hice en clase de «Explotación portuaria» allá por 2010: «¿No deberían limitarse las economías de escala cuando los beneficiarios no son quienes invierten desproporcionadamente en unas infraestructuras de las que no se benefician?». Era una pregunta que pretendía ser inocente pero no lo fue tanto. Y, por lo visto, tampoco iba muy desencaminado [enlace]. 

– Ahora toca el turno de la entrevista que nos hicieron al equipo de ecomovilidad.net los chicos del CorreOcaminos (pinchando encima de la imagen, llegáis al número 98 de la revista. La entrevista está en las páginas 8 y 9):

Recopilación de noticias de diciembre de 2015

– Además, este mes he salido en bastantes medios relacionados con la logística con motivo del Premio José María Huch que me concedieron. Os dejo el enlace a un dossier de prensa que han preparado en la Fundación Francisco Corell. En la diapositiva 15 podéis ver que dormí a todo el mundo durante la presentación del libro ?

– Acabamos con algo que tiene que ver relativamente poco con el transporte (algo de refilón, con la automatización de los vehículos sobre todo), pero que me parece apasionante:

Jornada ferroviaria entre Frankfurt y París (+ El transporte en Strabourg)

Para ir de Frankfurt a París opté por el tren, dado que volar me gusta lo justo, el tren me apasiona y si pasaba por Strasbourg iba a tener la oportunidad de montar en el tren más rápido del mundo (sobre raíles, porque es el segundo más rápido si tenemos en cuenta también el Maglev, de levitación magnética. Y a ver cuánto dura el récord, porque ya se está hablando de velocidades que parecen sacadas de la ciencia ficción).

Así, pues, mi plan fue madrugar mucho para llegar temprano a Strasbourg, visitarla y por la tarde ir a París. A las 5:30 ya estaba en marcha para coger a las 6:14 mi primer tren del día, entre Frankfurt y Karlsruhe operado por DB Bahn. Destrozando todos los tópicos, el tren salió casi una hora tarde, con el consiguiente cabreo de los pasajeros. Yo estaba algo intranquilo porque en Karlsruhe me esperaba el segundo tren, que me llevaría a Strasbourg. Pero, por suerte, tuve la precaución de coger el billete conjunto con bastante margen (benditas traducciones de la web de DB Bahn, porque en alemán jamás me habría enterado igual de bien de lo que compraba. Renfe Viajeros tiene amplio margen de mejora y las comparaciones son odiosas). Aunque debo decir que parte de ese margen fue adrede para poder buscar dentro y fuera de la estación de Karlsruhe los “tranvías-trenes” de la ciudad.

Jornada ferroviaria entre Frankfurt y París
Aunque la imagen sea antigua, siguen funcionando. Fuente: Wikimedia.

Pero a lo que iba: el tren salía tarde. El motivo que dieron por megafonía (sólo en alemán. Me enteré porque pregunté a otro pasajero) es que estábamos esperando a varios pasajeros que hacían el trasbordo desde otro tren que se había retrasado. Una mala solución, porque así se puede transmitir el retraso “ad eternum” y seguro que hay otras soluciones mejores.

Finalmente, el tren salió y por el camino nos cruzamos con varios mercancías espectaculares. Ojalá esa longitud de trenes en España para hacer más competitivo el sector a través de economías de escala y su colaboración-competencia con la carretera para echar a rodar el transporte intermodal (y no son ideas ni mías ni nuevas, ya estaba aquí y llevan años queriendo ponerse en marcha).

Y, llegué a Karlsruhe 15 minutos antes de tener que coger el siguiente tren, operado por SNCF, que me llevaría a Strasbourg. Yendo con tan poco tiempo, la calidad de la información de la estación resultó de gran ayuda y di con el andén a la primera, en el cual se indicaba dónde posicionarse según tu coche.

Esquemas de la posición de- los coches de los trenes en la estación de Karlsruhe

Lo curioso de este tren es que, pese a estar operado por SNCF, el personal de a bordo era de DB Bahn. El tren salió 4 minutos tarde, algo asumible después del anterior retraso. Era un tren muy chulo con dos pisos, aunque las dimensiones utilizadas para aumentar su capacidad, al menos en 2ª clase, lo hacían estrecho y el espacio para equipajes era bastante pequeño (a los que entramos nuevos, ya que era una parada intermedia, nos tocó dejarlo en el pasillo o en el asiento de al lado).

En este tren la información se transmitía en alemán, francés e inglés y no sólo en megafonía sino que a medida que lo decían, lo ponían escrito en los televisores. A pesar de la alta velocidad (247km/h de punta, 236km/h de velocidad sostenida), no había nada de movimiento de lazo. Tras menos de media hora la llegada fue completamente puntual.

Una vez en Strasbourg, dejé la maleta en la consigna (a 5,50€) y me hice con un billete de un día por 4,50€, que es válido para todos los transportes metropolitanos. Y, es que, para ir a las instituciones europeas (Parlamento Europeo, Eurocuerpo, Europol, Corte Europea de los Derechos Humanos,…), o tienes muchísimo tiempo por delante o es mejor ir en transporte público. También hay billetes para combinar larga distancia con el transporte metropolitano pero con los billetes de SNCF y el mío era de DB Bahn.

Después visité la ciudad, que me pareció muy bonita y muy amable para vivir. Y, para ser una ciudad de casi medio millón de habitantes y con el peso administrativo que tiene, se me hizo casi hasta pequeña.

Plaza Kléber
Plaza Kléber (la plaza más céntrica de la ciudad)

El transporte en la ciudad es sencillo: 1) 6 líneas de tranvía (con las letras A a F) en una red de estructura radial con centro en Homme de Fer, justo al lado de la Plaza Kléber, que es la más céntrica de la ciudad. La red está perfectamente integrada a nivel urbano (apenas hay interferencias con las movilidades peatonal y ciclista); 2) una especie de BRT que complementa a la red de tranvías a modo de línea G (pensaba que era un translohr y, claro, pregunté a varias personas y nadie entendió a qué me refería. Así que al volver a España lo busqué y resultó que era un BRT y era normal que no me entendieran); 3) una red bastante extensa con 27 líneas de autobuses que no cubren sólo la ciudad sino toda la Eurometrópoli de Strasbourg (una eurorregión entre Francia y Alemania que funciona desde 2005); 4) aunque me faltan datos para demostrarlo, las distancias que hay en la ciudad y el respeto por los usos urbanos me anima a pensar que en el reparto modal las movilidades peatonal y ciclista son las que se llevan la medalla de oro (de hecho, es la 4ª ciudad más “bike friendly” según el Ranking  Copenhagenize 2015, lo que no me extraña nada después de haberla visitado).

Calles peatonales en Strasbourg
Calles peatonales en Strasbourg
Estación de Homme de Fer
Estación de Homme de Fer

Por la tarde cogí por fin el tren más rápido del mundo en mi camino a París. Esta vez en 1ª clase porque, fuera de toda lógica, me salía más barato que en 2ª. Esta vez, el coche era mucho más amplio y el asiento de los más cómodos que he disfrutado en un transporte público. Una vez más, salida puntualísima, imperceptible el movimiento de lazo y llegada 4 minutos antes de tiempo.

Como experiencia resulta muy curiosa. Aunque, como digo, no hay apenas movimiento de lazo, sí que se nota la inercia cuando se sale de la curva de transición, imagino que por aquello que nos contaban en física de que la aceleración normal a las curvas es proporcional al cuadrado de la velocidad tangencial. Además, en los túneles (varios, pero todos cortos), se nota muchísimo en los oídos el efecto pistón. Y cuando acelera a tope es una pasada: suena un silbido y en pocos segundos el tren coge una velocidad de 359 km/h.

Aunque el cristal del tren estaba bastante sucio, así se ve el mundo a casi 360km/h
Aunque el cristal del tren estaba bastante sucio, así se ve el mundo a casi 360km/h

Una vez en París, cogí el metro para ir de la Gare del’Est a la Gare de Lyon para ir al restaurante en que había quedado para cenar con mis amigos parisinos. Pero la continuación de la historia tiene que esperar aún.

El transporte en Baviera (2ª parte). Múnich

Por Múnich pasamos en este viaje en un total de cuatro ocasiones: al llegar desde Madrid (el 10 de junio), para visitarla (el 11 de junio, llegando desde Ingolstadt en tren puntualísimo), para coger el DRT a Liubliana  (el 13 de junio) y para volar de vuelta a Madrid (el 17 de junio).

Múnich es la capital del Estado federado de Baviera y la ciudad más grande la región (y la tercera mayor de Alemania, sólo por detrás de Berlín y Hamburgo). Cuenta con casi 1,4 millones de habitantes, con una densidad de población sensiblemente inferior a la de Madrid (por tener una referencia que nos sea familiar. Es algo menos del 80% de la densidad de Madrid). Y eso que los nuevos PAUs de Madrid han rebajado mucho su densidad…

Está surcada por el río Isar, que es un afluente del Danubio. E, igual que Ingolstadt, es la sede de una importante industria del automóvil. En este caso, de BMW. Además, igual que en Ingolstadt se daba la paradoja de que muchos trabajadores de Audi iban en bici a trabajar, en Múnich ¡la mayoría de los taxis que vimos eran Mercedes Benz!

Su red de transporte público es muy potente. Tiene aproximadamente la mitad de la potencia que la de Berlín, pero con un 41% de su población. Y, dicen, que no hay lugar en en la ciudad que esté a más de 400 metros de una parada de algún tipo de transporte y me lo puedo creer.

Metro y trenes de cercanías

Sorprende la ciudad por la potencia de su sistema de transportes, donde destacan las redes U-Bahn y S-Bahn de metro/cercanías. Lo pongo así porque es difícil definirlos según a lo que estamos acostumbrados en España, la verdad. Serían como un metro normal, el U-Bahn, y una especie de servicio de metro hacia la corona metropolitana el S-Bahn. Las cercanías como tal las prestan los servicios regionales de DB Bahn.

La verdad es que al U-Bahn no llegamos a entrar y al S-Bahn sólo lo hicimos al llegar al aeropuerto, pero llamaban la atención tres cosas: las papeleras individuales en los coches, el exceso de señalética en las estaciones y la vía en balasto dentro de túneles. Esto último seguro que les ha dado buenos quebraderos de cabeza a los responsables del mantenimiento de la infraestructura. Y también sorprende la ausencia de tornos en las canceladoras de entrada y salida, pero esa ya la había vivido con anterioridad, por ejemplo, en Oporto.

1. Exceso de señalética en las estaciones. Además es como muy invasiva... 2. Vía en balasto en la estación de S-Bahn del aeropuerto de Múnich
1. Exceso de señalética en las estaciones. Además es como muy invasiva… 2. Vía en balasto en la estación de S-Bahn del aeropuerto de Múnich

Y, ¿por qué no montamos más en metro con lo que me gusta?

Bici

Porque el segundo medio de transporte más importante en la ciudad es la bici (y, en el centro, quizá el primero).

Tras llegar a München Hbf teníamos que decidir cómo movernos y, aunque coger bicis era carillo (las dos nos salieron por algo más de 31€, en Radius, que está dentro de la propia estación) y teníamos incluidos S-Bahn y U-Bahn en nuestros Bayern-Ticket, optamos por las bicis por algo tan subjetivo como que nos apetecía. ¡Y qué buena decisión porque la dimensión de la ciudad se nos hizo mucho más amable y disfrutamos bastante más de la visita!

La primera pasada fue, cómo no, Marienplatz. Aparcamos las bicis dentro del propio ayuntamiento y mientras nos hacíamos las fotos de rigor en la plaza, nos encontramos con un amiguete mío que trabaja como guía turístico en la ciudad.

Le había avisado según nos levantamos, pero como no pude ver su respuesta, técnicamente el encuentro fue 100% fruto de la casualidad. La cuestión es que estaba finalizando su ruta y nos dijo que nos uniéramos y así hicimos, así que disfrutamos de sus explicaciones durante un ratillo antes de ir a comer en el biergarten de Viktualienmarkt.

1. La foto de marras. Mientras me la hacía, vino Borja a saludar porque nos había visto entre la multitud haciendo el chorra. 2. Comiendo en el biergarten de Viktualienmarkt. 3. Por lo visto esos palos no son sólo para adornar sino que eran una forma de enseñar los oficios que se hacían en cada pueblo y también se plantaban para pedir matrimonio.
1. La foto de marras. Mientras me la hacía, vino Borja a saludar porque nos había visto entre la multitud haciendo el chorra. 2. Comiendo en el biergarten de Viktualienmarkt. 3. Por lo visto esos palos (maibaums) no son sólo para adornar sino que eran una forma de enseñar los oficios que se hacían en cada pueblo y también se plantaban para pedir matrimonio.

Tras la comida, vimos el resto de los lugares de interés de la ciudad, cervecerías como Hofbräuhaus incluidas, y agradecimos muchísimo llevar la bici. Sobre todo para movernos por el Englischer Garten, porque aquello es enorme y andando se nos habría hecho eterno llegar a la pagoda donde está el biergarten famoso, el estanque, etc. En definitiva, las bicis nos facilitaron muchísimo la tarea de visitar la ciudad completa en un solo día.

Además, Múnich está totalmente preparada para la bici, es muy llana, los conductores respetan completamente a los ciclistas (que aunque no tienen prioridad absoluta, como pasaba en Ingolstadt, sí que gozan del favor de los conductores para cederles el paso) y cuenta con carriles y espacios específicos para las bicis. Y tiene instalaciones Bike&Ride en toda regla, con aparcamientos de bicis de gran envergadura en los grandes nodos de transporte.

El resto del transporte público

Múnich cuenta también con una red muy mallada de tranvías y autobuses que complementan a la perfección la red de metro y cercanías. Y llama la atención que hay paradas compartidas para tranvías y autobuses.

El tranvía de Múnich
El tranvía de Múnich

Esto habla mucho de la integración de todos los sistemas de transporte en la ciudad, con epicentro en München Hbf, una estación enorme que mueve al día casi medio millón de pasajeros en sus 32 andenes. Y, además, se está reformando para albergar un nuevo túnel en la parte soterrrada, así que va a crecer en un plazo cercano.

La integración de planificación y gestión es posible gracias a una especie de empresa-consorcio que se llamaMVV, que coordina todo el sistema de transporte de la ciudad. Y no sólo eso, sino que también hay integración tarifaria. Es justo reconocer que, como no cogimos ningún transporte público y, de haberlo cogido, lo teníamos pagado con el Bayern-Ticket, no me preocupé de las tarifas. Pero he buscado y he visto que hay billetes para varios días, billetes para grupos, billetes infantiles, etc. Podéis consultarlos aquí.

Obviamente, tampoco puedo hablar de la calidad del servicio. Para más información, os dejo también un par de posts que ilustran qué billetes elegir y cómo funcionan los diferentes sistemas de transporte. Que, además, por lo visto, el tema de las zonas y los anillos “tiene miga” [enlace 1, enlace 2].


También hay sombras en Alemania

No tiene mucho que ver con el transporte salvo los lugares donde esta realidad es más evidente: estaciones y aeropuertos. Durante el viaje vimos algunos viejecillos que, imagino, acuciados por unas pensiones bastante bajas, se ven obligados a buscarse el sustento recogiendo botellas y envases de los que, al devolverlos en determinadas tiendas, te devuelven dinero. Daba bastante pena. En especial un abuelillo que me pidió mi botella y se llevó un chasco porque, como la llevaba desde Eslovenia, no le valía para devolverla…

Y otra sombra es que, cuando el motor de Europa no va a la velocidad esperada, parece que hay facilidad para mirar hacia las minorías. Esperemos que esta vez no llegue tan lejos como la anterior. Y es que, Dachau, muy cerca de Múnich, tiene ahora fama por ser el pueblo que albergó el primer campo de exterminio en inaugurarse en Alemania y el último en clausurarse.


BONUS: coches de caballos, tablas surf y una bici de la DB Bahn

Para no acabar el post con mal sabor de boca, terminaremos con una imagen del medio de transporte típico en Baviera (y en casi toda Europa): el coche de caballos, que también está presente en la ciudad y no sólo para turistas. O, al menos, los que lo cogieron iban en pantalón corto pero no era el habitual de los turistas.

El transporte en Baviera (2ª parte). Múnich

En el Englischer Garten hay quien “va” en tabla de surf.

El transporte en Baviera (2ª parte). Múnich

Pero lo más desconcertante fue ver una bici de la DB Bahn en el parque. Llegué a  Múnich pensando que había sólo un sistema de préstamo de bici pública en la ciudad (el de la empresa Nextbike), pero resulta que también hay un servicio que se llama “Call a bike” prestado por la DB. Vamos, que cubren absolutamente todos los medios de transporte terrestre habidos y por haber…

El transporte en Baviera (2ª parte). Múnich

El Bayern-Ticket. Experiencia en primera persona

El Bayern-Ticket es un tipo de billete especial para moverse en tren por Baviera, o incluso a algunos puntos fronterizos de Austria como Salzburgo, a lo largo de un día con bastante descuento (y no es baladí, porque moverse en tren en Alemania no es precisamente barato). Este billete puede utilizarse durante los días laborables entre las 9:00 am y las 3:00 am del día siguiente; los fines de semanas no hay restricción en la hora de inicio del billete, por lo que se puede utilizar entre las 0:00 am y as 3:00 am del día siguiente. No me quedó nada clara la consideración de los festivos, pero diría que deberían ser tenidos en cuenta como los fines de semana (eso sí, en la web de DB Bahn no se dice nada e in situ tampoco lo pude comprobar). Eso sí, se puede utilizar el ticket tantas veces como se desee durante el periodo de validez, con traslados de ida y vuelta, las redes S-Bahn y U-Bahn de las principales ciudades bávaras, los autobuses urbanos, etc.

El precio de del Bayern-Ticket depende del número de viajeros, de la clase en la que se viaje y del horario (diurno/ nocturno):

Bayern-Ticket normal, que corresponde al billete con el que viajar en 2ª clase (es decir, no valen los trenes marcados como ICE, que son los de Alta Velocidad): el primer viajero paga 23 euros y los viajeros adicionales 5 euros cada uno. Es decir: 1 persona: 23 euros; 2 personas: 28 euros; 3 personas: 33 euros; 4 personas: 38 euros; 5 personas: 43 euros. Este billete es el que utilizamos porque el de primera clase era desmesuradamente más caro para tardar lo mismo y teniendo en cuenta que los trenes son bastante cómodos*.

Bayern-Ticket
Bayern-Ticket

El resto de billetes:

Bayern-Ticket 1.ª clase. El primer viajero paga 34,50 euros, los viajeros adicionales 16,50 euros cada uno.
Bayern-Ticket Nacht (billete nocturno).  El primer viajero paga 23 euros, los viajeros adicionales 2 euros cada uno.
Bayern-Ticket Nacht (billete nocturno) 1ª clase. El primer viajero paga 34,50 euros, los viajeros adicionales 13,50 euros cada uno.

Los Bayern-Ticket Nacht tiene unas condiciones de horario algo especiales:  son válidos de domingo a jueves desde las 18:00 h hasta las 6:00 h del día siguiente. En las noches del viernes al sábado, del sábado al domingo y en los festivos (esto es lo que me anima a pensar en que el tratamiento de los festivos sea el mismo que el de los fines de semana…) incluso hasta las 7:00 h.

¿Es necesario que todos los viajeros hagan el mismo trayecto?

Con todos los Bayern-Tickets es posible que alguno de los compañeros de viaje suba al tren en alguna estación diferente, siempre y cuando el número de viajeros haya sido previamente determinado al comprar el billete y se haya rellenado éste con su nombre antes de subir al tren, ya que no está permitido el cambio de pasajeros una vez iniciado el viaje.

Lo que sí que es necesario es que todos los viajeros realicen el viaje a la vez, de modo que el viajero con el trayecto más largo es el responsable de ello.

Viajar con bici, niños o perros usando el Bayern-Ticket

Si queremos viajar con una bicicleta por toda Baviera, hay que sacar un billete adicional, el “Fahrrad-Tageskarte Bayern” que cuesta 4,50 € y tiene unas reglas algo peculiares: las bicis no pueden ser transportadas de lunes a viernes de 6h a 9h ni de 16h-18h. Además, si el tren en el que se viaja hay un porta-bicicletas (suelen estar en el primer o último coche), es obligatorio atarlas con los cinturones, por lo que sólo se puede viajar en los  coches que están preparados para la bici. Y las estaciones también están preparadas para la bici:

Escalera del paso superior en la estación de Ingolstadt Hbf, adaptada para bicis
Escalera del paso superior en la estación de Ingolstadt Hbf, adaptada para bicis
Aparcamiento de bicis en la estación de München Hbf: a cubierto, vigilado e iluminado
Aparcamiento de bicis en la estación de München Hbf: a cubierto, vigilado e iluminado

Como curiosidad, decir que no es el único coche “especial”, que también hay otro para ir con niños:

Coche para niños en un tren de DB Bahn
Coche para niños en un tren de DB Bahn

Y aprovecho este punto para comentar que el Bayern-Ticket permite que hasta 2 adultos pueden viajar con un número ilimitado de hijos o nietos menores de 15 años. Los niños menores de 6 años viajan de forma gratuita sin billete y no se tienen en cuenta a la hora de calcular el número de viajeros.

Quienes no tienen un coche especial pero sí deben pagar billete son los perros, que son considerados como adultos a la hora de determinar el número de pasajeros.

¿Dónde puede adquirirse el Bayern-Ticket?

El billete se puede adquirir en las máquinas automáticas de la DB en las estaciones de tren y metro y también a través de internet. Lo más curioso de todo es que no hay gastos de gestión por comprar el billete, perote ofrecen la posibilidad de pagar 2 euros adicionales para recibir asesoramiento personal para sacar el billete.

Importante: una vez adquirido el billete, hay que escribir a bolígrafo el nombre y apellido de los viajeros en el propio billete (es importante, porque lo controlan los revisores). Supuestamente es para evitar que al finalizar un viaje alguien pueda regale o revenda el billete a otros viajeros. Lo que sí que pasa, por lo visto, es que hay gente que antes de coger el billete va preguntando por la estación para hacer un grupo y sacar el Bayern-Ticket con otra gente para ahorrarse unos eurillos y también hay alguna aplicación móvil de tipo “consumo colaborativo” para ello.

¿Dónde es válido el Bayern-Ticket?

El Bayern-Ticket es válido en todos los trenes de cercanías  (esto excluye los trenes con denominación ICE), todos los medios de transporte del consorcio de transportes (tren suburbano, metro, tranvía y autobús de las ciudades, lo cual viene genial como turista ya que incluye las redes U-Bahn y S-Bahn en Múnich y Núremberg y también en múltiples autobuses públicos en toda la región, como los que trasladan a los viajeros entre el pueblo de Füssen y el castillo de Neuschwanstein) y en casi todos los autobuses de línea de Baviera.

¿Qué tal funcionan los trenes bávaros?

La red de ferrocarriles bávaros es una auténtica pasada, tanto por lo mallada que es, permitiendo llegar casi a cualquier lugar (al menos de los turísticos), como por la calidad de la infraestructura, que llama muchísimo la atención:

Plataforma ferroviaria en Ingolstadt Hbf. Esto sí que es preparación frente a la lluvia.
Plataforma ferroviaria en Ingolstadt Hbf. Esto sí que es preparación frente a la lluvia.

Y también por el rigurosísimo cumplimiento del horario (al menos en los 6 trenes que cogimos esos días).

* Eso sí, todo en esta vida tiene alguna pega y en este caso es la adaptación de la oferta de transporte a la demanda real. Por ejemplo, cuando íbamos de Alemania a Eslovenia teníamos que hacer un viaje multietapa: Ingolstadt-München en tren y después München-Radovljica en DRT. Total, que tuvimos que coger el tren en Ingolstadt a las 10:00h y nos tocó ir algo más de una hora en un tren llenísimo (íbamos de pie en el pasillo, con las maletas y todo) y con la buenísima suerte de coincidir con un grupo de jovenzuelos alemanes borrachos ya a esas horas que no paraban de pasar por el pasillo una y otra vez para ir al baño del tren. Una odisea, agravada porque justo antes de coger el tren había perdido el móvil. Aunque, por suerte, resultó que estaba en el coche de una amiga y ahora anda de camino a mis manos de nuevo.

En próximas entregas, iré hablando de otras aventuras por las redes de transporte centroeuropeas.