Vamos con el último recopilatorio de noticias antes de cumplir mañana un año. Para el próximo año estoy dividido porque, por un lado, los artículos de recopilación son los que peor funcionan de cara al público, pero por otro lado, gracias a esta sección permanezco alerta de todo lo que acontece en mi ámbito laboral, lo refresco una vez al mes y además lo tengo almacenado en un lugar donde me resulta fácil consultarlo cuando me surge una situación en que lo necesito. Así que, no sé si continuaré o no con la sección. La respuesta la tendréis el primer jueves de septiembre.
Allá van las noticias:
1. Oviedo quiere ponerse las pilas en movilidad [enlace].
3. How To Reduce the Carbon Emissions Impact of Travel [enlace]. No es una noticia como tal, pero merece la pena echarle un ojo a esta compilación de información.
4. Seis razones por las que las bicicletas benefician al comercio [enlace].
5. Francia: circulación a contrasentido en el nuevo código de circulación [enlace].
6. Why and How Cities Must Take Pedestrians More Seriously [enlace].
7. Las líneas del deseo nos ayudan a diseñar ciudades más humanas[enlace]. Lo mejor que he leído este mes sobre urbanismo y eso que no es un blog especializado.
8. Aviso a navegantes: el relato dominante de la Smart City hace aguas (y habrá que cambiarlo) [enlace].
9. ‘Bike Autobahns’ Could Be Coming to Munich [enlace]. Otra versión: Munich’s got its eye on a huge highway system for cyclists [enlace].
10. Abono joven a 20 euros, ¿medida positiva? [enlace].
11. Cheaper to commute from Madrid each day than rent in Camden Town [enlace]. Me parece inexplicable que esta situación no estalle por algún lado sino que aumente el precio de la vivienda de forma tan sostenida. Y sin que parezca que puede haber un techo.
12. El Ayuntamiento de Madrid aplicará medidas de restricción al coche por contaminación [enlace].
13. APR de Ópera: un centro con menos automóviles [enlace].
14. La EMT avanza en la autonomía de los viajeros en silla de ruedas [enlace].
¡Recordad que mañana UyT cumple un año y haremos público el resultado del sorteo de libros!
El pasado martes 2 de diciembre de 2014, tuvo lugar en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos un debate acerca de las medidas de gestión de la movilidad en ámbitos metropolitanos. Todo nació por una discusión en Twitter en torno a las nuevas Áreas de Prioridad Residencial en Madrid.
Al final, acabamos debatiendo el profesor Manuel Romana y yo. Creo que, además, con bastante rigor técnico en todo momento, lo cual siempre es de agradecer.
Era la primera vez que me enfrentaba al aula 26 que debe ser una de las más grandes de la Escuela. Y eso impone porque las pocas clases que he dado, han sido en aulas bastante más reducidas. Pero bueno, a pesar de los nervios, creo que pensé con cierta claridad y pude defender relativamente bien mi punto de vista. Pero no soy yo quien debe juzgarlo… Espero, eso sí, que fuera fructífero para todos los alumnos que asistieron.
Para Manuel Romana, la libertad individual a la hora de elegir cómo moverte resulta funamental. Para mí, la libertad es antes que nada un ejercicio de responsabilidad y no se puede obviar el hecho de que nuestras acciones tienen consecuencias sobre el resto.
Así que éste fue el punto inicial del debate. Pongo aquí la presentación previa al debate donde mostré mi punto de partida.
Podéis pinchar los los enlaces de la presentación para ampliar algunos contenidos y también la podéis descargar sin problemasaquí.
La idea fundamental que quería transmitir es que el coche es una herramienta útil, pero que su uso tiene unas consecuencias, por lo que debe utilizarse de manera inteligente. Por eso, para fomentar ese uso inteligente, deben ponerse en marcha determinados mecanismos que mejoren la eficiencia del sistema de transporte de las ciudades. Y eso exige repensar los espacios de las ciudades y hasta su propia estructura.
Como no podía ser de otro modo, a lo largo del debate aparecieron referencias a:
– La dispersión de las ciudades y la necesidad de plantear mecanismos de defensa del territorio para evitar la dispersión incontrolada.
– La libertad de elección y las ventajas que aporta el coche (aunque siempre he pensado que el coche da flexibilidad, pero no necesariamente libertad). Ante este tema de la libertad, salió el tema de Gamonal y la defensa a ultranza del coche, recordemos, importante fuente de gastos, por parte de gente que decía no llegar a fin de mes. Y también hice hincapié en el hecho de que la libertad no debe degenerar en libertinaje: la libertad debe ser responsable y, de ahí, que es necesario conocer las externalidades que produce el coche. Y que, algunas como la contaminación, por mucho que se internalicen a través del pago por uso, no nos van a devolver la salud de quien se vea afectado por una enfermedad respiratoria.
– El consumo colaborativo y el uso compartido del coche.
– La necesidad de volver a unir urbanismo y transporte en la planificación urbana (como en el nombre del blog… que de ahí viene…).
– La defensa de los valores más vulnerables de la ciudad (peatones y ciclistas) mediante la reducción de las velocidades en el ámbito urbano.
– La segregación de usos. Aquí incidí en que siempre que se piensa en segregar, los peatones y ciclistas son los perjudicados. Eso lo muestra genial el gráfico de copenhagenize.com de la diapositiva 13 de 16.
– La entrada en las grandes ciudades de personas de los núcleos del área metropolitana y la necesidad de una política deaparcamientos disuasorios.
– La necesidad de flexibilizar las actuaciones urbanas para que sean reversibles. Se puso el ejemplo de las peatonalizaciones “poniendo jardineras”.
– Las supermanzanas.
– La distribución de mercancías en la ciudad de forma sostenible.
– … (montones de temas que no me dio tiempo a anotar).
Espero sinceramente que los alumnos disfrutarais del debate, que aprendierais mucho y que a los lectores del blog también os interese el tema. Y, por último, gracias al profesor Manuel Romana por confiar en mí para formar parte del debate.
En este post voy tratar de explicar los impactos que tienen los vehículos de combustión y los vehículos eléctricos sobre el medioambiente y sobre el medio urbano. Veremos con esto que el vehículo eléctrico resulta mejor que el vehículo de combustión, pero no por ello necesariamente bueno.
¿Cómo se mide el impacto de un medio de transporte?
El impacto de los diferentes medios de transporte se establece en base a sus externalidades. Éstas son beneficios o perjuicios que una actividad genera sobre la sociedad, pero que no son compensadas con ingresos o costes. Es decir, son fallos del mercado que se producen cuando esta actividad de una produce efectos (positivos o negativos, en este caso negativos) que afectan a terceras personas que no han participado en su producción o en su consumo. Efectos provocados en el bienestar de los demás, vaya.
Y, ¿cuál es la causa de las externalidades? Pues ineficiencias por un uso cuestionable de los recursos. Y, ¿qué consecuencias tienen? La primera es obvia y es que entre todos como sociedad paguemos actividades individuales y además, y ésta es menos inmediata, un reparto desigual en la asignación de nuevos recursos con el objetivo de paliar las externalidades negativas. Y, claro, son recursos que tienen un coste de oportunidad y no pueden ser asignados en actividades que generarían externalidades positivas (aunque hay excepciones como, por ejemplo, la investigación para la reducción de algunas externalidades negativas tiene resultados que generan externalidades positivas -mejoras en la eficiencia-).
Entonces, ¿cómo se solucionan?
Para el fallecido economista Ronald Coase, la mayor parte de los problemas por externalidades se deben a que no están claramente definidos los derechos de propiedad. Como consecuencia, no hay mercados (o son extremadamente rígidos) en los cuales el intercambio permita la internalización de los costes externos y, como ni los beneficios ni los gastos están reflejados en los precios, el desarrollo del equilibrio económico los excluye impidiendo la aproximación al Óptimo de Pareto teórico. Por ello, plantea que se debe conseguir que quien produzca una externalidad tenga que soportar la totalidad del coste externo (o que disfrute la totalidad del beneficio externo, de ser una externalidad positiva). Esto, que se llama internalizar la externalidad, es la base del principio muy conocido de “quien contamina paga”. Sin embargo, hay muchos otros costes externos que no se han internalizado (y apenas se ha planteado).
Representación gráfica del Óptimo de Pareto. Fuente: Wikipedia
Otros, como el psicólogo Rob Kurzban, prefieren pensar en el uso de los incentivos económicos para lograr que tanto las empresas como los particulares produzcan un mayor número de externalidades positivas y una menor cantidad de externalidades negativas.
Como en todo en esta vida, habrá opiniones… La mía es que, como los precios no tienen en cuenta las externalidades negativas, las decisiones económicas no pueden estar basadas en la plena eficiencia, al excluir de forma sistemática una parte de los costes. Y, obviamente, cuando unos se benefician por externalidades y otros son perjudicados por externalidades se debe tener esto en cuenta a través de ajustes como impuestos a los que se benefician y pagos a los que pierden, intentando maximizar el Óptimo del Pareto.
Pero antes de nada, pasemos a ver qué externalidades tiene un vehículo privado “clásico” con motor de combustión.
Las externalidades del vehículo de combustión
Aunque un vehículo de combustión por sí mismo no es necesariamente malo, su uso indiscriminado (diría que irracional) produce una serie de costes que el usuario no percibe.
Además, en las ciudades, debido a la intensa demanda de transporte motorizado, estos impactos resultan, incluso, más acuciantes.
ParaAlfonso Letón(desde mi punto de vista uno de los mejores ingenieros jóvenes dedicados al transporte sostenible que he conocido), las externalidades se pueden clasificar de la siguiente forma (para más detalles visitar este enlace):
1) Problemas económicos:
– Costes económicos.
– Congestión.
– Pérdida de competitividad.
– Dependencia energética.
– Consumo de espacio público.
2) Problemas medioambientales:
– Contaminación.
– Cambio climático (aunque a mí me gusta hablar más de “cambio global”, respeto el título).
– Ruido.
3) Problemas sociales:
– Accidentalidad.
– Inequidad.
– Falta de accesibilidad.
¿Cuáles de estas externalidades resuelve el vehículo eléctrico?
Si nos fijamos en la lista anterior, nos daremos cuenta de que al no haber variado el concepto de coche, sólo se actúa sobre dos externalidades: contaminación y cambio climático. Así, el vehículo eléctrico no es, pues, la panacea… y su única ventaja sobre los vehículos de combustión es energética (y, en parte, económica si pensamos en términos de la teoría del economista David Ricardo en cuanto a que cuanto más escasean los recursos, más atractivas son sus alternativas y el petróleo es un recurso limitado y no renovable).
Vehículo eléctrico enchufable. Fuente: evwind.com
Desde 2005, el sistema eléctrico español tiene exceso de generación, con lo que se vende parte de la energía generada a países vecinos. Así, desde REE apuntan a que si en España hubiera un millón de vehículos eléctricos, la demanda anual de electricidad aumentaría en aproximadamente un 1%. Como el exceso de generación es de un 3%, esto quiere decir que el país podría integrar tres millones de vehículos eléctricos sin necesidad de aumentar la potencia instalada en la red.
Además dicen que, incluso, al cargarse preferentemente de noche, producirá un efecto de mejor reparto de la demanda eléctrica a lo largo del día. La cuestión es que el exceso de generación del sistema suele producirse por la noche, ya que baja la demanda de electricidad pero algunos sistemas de generación permanecen constantes (energía nuclear) o bien generan de manera no planificada (como la eólica). Así, se ayudaría a paliar la infrautilización de la red por las noches. Aunque esto sólo con las recargas lentas, ya que las recargas rápidas requerirían un aumento de la potencia instalada de la red.
Curva de demanda de electricidad. Fuente: Red Eléctrica Española
Sin embargo, admitiendo como cierto lo anterior y siendo cierto que el motor eléctrico consuma casi la cuarta parte que un motor de gasolina, y la tercera parte que un motor diésel, los estudios demuestran que las mejoras en la eficiencia no suelen ir acompañadas de reducciones en el consumo total de un recurso, sino a menudo lo contrario. Es lo que se conoce como el “efecto rebote” o paradoja de Jevons. Y es que, la “conciencia tranquila” que puede provocar el uso de un coche eléctrico puede repercutir en una mayor utilización de estos automóviles.
A la vista de esto… ¿no representa el vehículo eléctrico únicamente una nueva forma de que nada cambie?
Nota: la imagen destacada, sacada de la Wikipedia, nos presenta un vehículo eléctrico del año 1913. Como vemos, no es un invento de hace unos días.
El blog de Samir Awad Núñez
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